Esa pregunta nos la venimos haciendo desde hace tiempo con respecto al alumnado; los chicos viven en un mundo audiovisual, apasionante para ellos, divertido, vertiginoso; la paz que transmite un libro no suele hallar un espacio en esa vida tan colorida, movida y veloz.
Quizás el problema, en muchos casos, es que no se les ha inculcado el amor por los libros desde niños, no conozco un solo amante de los libros al que le guste leer de la fría pantalla de una computadora; es algo tan... antiestético, impersonal... casi diría que poco humano, no sé bien cómo explicarlo.
Unas de las formas que se están empleando actualmente es la de talleres de lectura, lecturas en clase, selección de textos modernos y atractivos para los jóvenes.
De todas maneras, son pocos los que saben apreciar el valor de un libro... lástima por ellos.
Personalmente, prefiero hacerlos trabajar con los libros uniéndolos con ese mundo audiovisual que conocen mejor por medio de actividades como transformar prosa en guiones cinematográficos y filmar cortometrajes, o realizar animaciones, y/o viceversa.
La clave está en unir ambos mundos: el de papel y el informático, el que les resulta aburrido y aquél en que están imbuidos; no recurrir a uno en desmedro del otro.
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