No es lo mismo dibujarte, que…
pintar tus noches con mis días,
alinear el matiz de tu sonrisa
plasmar el rubor de tus mejillas.
No es lo mismo soñarte, que…
deleitarme con la mixtura de tus besos,
recostar mi cabeza sobre tus piernas
intercambiar realidad por fantasía.
No es lo mismo pensarte, que...
respirar tu mismo aire,
sentir la suavidad de tus manos
extasiar tu delirio en mis labios.
No es lo mismo imaginarte, que…
abordar tu mirada con la mía,
embalsamar tu espalda con pétalos
moldear tus caricias en mi cuerpo.
No es lo mismo añorarte, que…
despertar de este letargo en tu lecho,
palpar tus inquietantes deseos
navegar hasta el ápice de tu reflejo.
No es lo mismo tenerte lejos
que tenerte cerca…
buscarte para nunca encontrarte,
vivir acompañada de tu ausencia
y sucumbir sola con tu imagen.
Marcadores