El Juez Salomón
En una población muy pequeña hay dos familias que quieren casar a las hijas; pero no hay jóvenes adecuados en el pueblo, así que deciden unirse para buscarlos por los pueblos de los alrededores. Finalmente encuentran dos excelentes partidos y les invitan a que vayan a conocer el pueblo. Pero resulta que uno de ellos se arrepiente por el camino y sólo uno llega al pueblo. El muchacho es una joyita y las dos familias se lo disputan sin ponerse de acuerdo para quien es el novio.
La discusión se va tornando acalorada entre las dos madres de las niñas y por este motivo se hace presente la policía para poner fin a la controversia entre ambas familias.
Las mujeres son llevadas ante el Juez para que dictamine con una solución inapelable.
El magistrado decide:
-Lo que haremos es muy simple, partiremos al chico por la mitad, y le daremos un trozo a cada familia para que no haya discusiones.
La madre de una de las novias dice:
- No, por favor, pobre muchacho, ¿cómo le van a hacer eso?
La segunda madre dice:
- ¡Eso, eso, que lo partan, que lo descuarticen!
Entonces, el juez mira a la segunda madre y decide:
- El chico se casa con su hija, ¡Usted es la verdadera suegra!
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