Yo fui creyente durante 23 años, por lo que sé de lo que estoy hablando.
Le explico. Uno nace ateo por la simple razón que conoce de Dios porque sus padres o alguien se lo cuenta, pero si eso no sucede uno nunca se enteraría de Dios porque Dios a nadie se le aparece. Dios juega a las escondidas, pues para los creyentes, pues creen en un Dios que está escondido, que en el pasado estaba visible, según un libro llamado Biblia, pero que en la actualidad no ha salido de su escondite.
"La ciencia, más que un conjunto de conocimientos, es una manera de pensar"
Carl Sagan
"La ciencia, más que un conjunto de conocimientos, es una manera de pensar"
Carl Sagan
Y los que se "aparecen" lo hacen hablando y luciendo como los locales de la zona o región a la que pertenecen todos los de la misma nacionalidad, no se les aparece ningún dios a quienes no hayan oido hablar de él antes a otros, eso jamás sucede, solamente hacen su numerito de ahora estoy, ahora no estoy, con los lugareños y nunca van mas allá de una estricta jurisdicción geográfica por sus propios medios, sino que envían misioneros humanos (esto habla muy mal de la capacidad para intervenir directamente de "los dioses"), menudos todopoderosos de los que no se ha oido hablar nunca, la mayor parte de la humanidad, alrededor del 90%, jamás ha oido de un yavhé o como quieran llamarle, ni tampoco conoce nada de las tradiciones cristianas y menos se les aparecen ángeles con misiones redentoras, parece que hay una estricta burocracia divina, donde se reparten territorios con fronteras mas rígidas que las de la finada cortina de hierro.
Última edición por rebelderenegado; 11/08/2011 a las 18:16
Otro caso bien calientito (de hoy mismo) :
El amigo Daniel7 me asegura, en otro hilo, que Dios dizque no terminó de crear en el sexto día, sino en el séptimo. Pero NO es capaz de decirme qué creó en el día séptimo.
Señores, eso es implicar que YHVH le mintió a Moisés cuando ordenó que no se trabaje el día séptimo, porque ese día lo único que YHVH hizo fue DES-CAN-SAR, Ex. 20:10,11.
Daniel rompe en mil pedazos el cuarto mandamiento.
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