Realidad
REALIDAD
Se murieron las mariposas que habitaban mi cuerpo
Padecí insignificante por más de diez días
La agonía de morir lento,
Pedazos rotos de carne son mi alimento,
Mi nariz busca olerte y mi soledad encontrarte,
Desterré mi corazón,
Porque no dejaba de llorarte,
He alimentado mi boca
Con recuerdos vacilantes;
Sucumbí ante la arrogancia
De vivir con tus desprecios,
Permanecí estoica por mucho tiempo,
Añore tus besos sinceros, tu cuerpo tibio,
Tu voz de ensueño…
Te ame sin medida, ni recelo,
Me entregue sin remedio y con placer certero,
Soñaba despierta una vida de cuento,
Y desperté cortada entre gruesos despojos,
Mirando tu cuerpo y sangrando mis ojos…
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