Creo que es casi imposible conocer realmente a una persona por estos medios, la celebre frase escrita en el frontispicio del templo de Apolo “”conócete a ti mismo”” ya nos quiere dar a entender que no es tan fácil conocerse asimismo y, esto es cierto; cuantas veces creemos que nos mueven unos motivos determinados para actuar como lo hacemos y al cabo del tiempo descubrimos que los motivos eran otros y que nuestra mente nos estaba engañando.
Sabemos que hay que hacer el bien a nuestros semejantes y es posible que creamos sinceramente que lo motivos son altruistas y un buen día nos percatamos que era a nuestra vanidad, orgullo y placer a los que servíamos y los servidos eran la disculpa para nuestra complacencia.
Yo dudo que haya muchas personas totalmente sinceras, opino que la gran mayoría intentamos dar una imagen distinta, ocultando los defectos de los que somos conscientes y es bien sabido que esa comedia no dura mucho si el trato es constante y personal. Siempre me ha llamado la atención de aquel que se sabe tacaño, es el primero el echar mano al bolsillo a la hora d pagar un convite.
En cierta ocasión comiendo con un amigo nos desafiábamos por pagar en presencia del camarero, el cual, como tenía confianza con nosotros medio en la disputa y nos contó un cuento “”Eran dos como Vdes. Que ambos querían pagar, entonces el camarero sacó dos cubos de agua y les dijo que metieran la cabeza en los cubos y que el que antes la sacara pagaba SE AHOGARON LOS DOS. Hay poca sinceridad y mucha apariencia.
Si ya en la vida real intentamos proyectar la imagen que nos gustaría tener y lo conseguimos durante corto tiempo, imaginaros lo que es conocer a una persona por sus escritos donde no se ven sus gestos ni actitudes personales.
Podemos hacernos una imagen de la persona por lo que escribe y como lo escribe, pero siempre tenemos que tener en cuenta que es una apreciación subjetiva.
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