Dentro de cada creyente hay un fánatico en potencia, solo hay que indagar en sus frágiles convicciones para hacerle salir a la luz.
Las religiones están basadas en el engaño, están enfocadas a adoctrinar para una mejor manipulación de la mente humana, por ello se inducen desde que el ser humano no tiene desarrollado el uso de la razón, todas ellas están repletas de misterios, parábolas, puntos oscuros, dudas y hechos nunca demostrados, por eso se inventó la palabra FE, un concepto que se basa en la creencia ciega en sucesos discutibles, los libros sagrados son el único soporte en el que se apoyan. Para ello, los doctores se han encargado a lo largo de la historia, en mostrarlos como dogma irrefutable, todos los argumentos que utilizan los creyentes se encierran en estos libros, que algunos se encargaron en hacerlos ver como la palabra de dios, de esta forma se evitan múltiples interpretaciones como habría sobre otro tipo de libros de ficción escritos por el hombre.
Adoctrinar siempre tiene un movil, una intención, coartar el libre albedrío de las masas e impedir así el desarrollo mental del individuo, se convierte así en un instrumento de poder que casi siempre ha estado unido a sistemas políticos conservadores cuya única intención es la disciplina en el pueblo como masa social para un mejor manejo del individuo. Ningún creyente tiene una convicción propia, todos piensan de la misma forma, todos utilizan los mismos recursos que le han sido inducidos desde temprana edad, no es raro ver tras la religiones, personas que se aprovechan ludicamente del estado borreguil de sus fieles, el mismo Vaticano con su pontífice y arzobispos son la imagen viva del lujo y la obstentación, todo lo contrario de la humildad que predican.
El ateísmo no tiene intencionalidad alguna, nadie se lucra negando a dios, negar a dios y su libro sagrado no es rentable y al no adoctrinar en ningún tipo de fe o dogma, no controla a la sociedad, todo lo contrario, le da un margen como individuo libre de poder razonar sin ningún tipo de dogma o doctrina.
La religión ve entonces un peligro en el atéismo, el castigo divino, los diluvios, la exterminación de los infieles y el infierno, son inventos para castigar a quien osa poner en duda su poder, para imponer la cultura del miedo, siempre con el referente de dios para hacerlo mas creíble o temible.
Por qué se sienten amenazados los fieles ante esta postura negacionista?, precisamente por su fragilidad de convicciones, ellos nunca han llegado a conclusiones por si mismo, defienden lo único que han conocido cerrándose hacia otros conocimientos, por eso no es extraño leer u oir de algunos de ellos, que el ateo es violento, irrespetuoso u otras lindezas.
No hay engaño ni mentira en la posición del que no cree en dios, simplemente porque no induce a ideas o pensamientos concretos, sin embargo los que tienen que defender un dogma, necesitan de las mentiras para confirmar su mentira suprema, la personal en la que viven inmersos desde temprarna edad, en la mayor parte de los casos, en el resto, los que han visto la luz en edades tardías, la religión es solo una salida para sus propias debilidades como humano y mortal, un refugio.
Es patético y triste a la vez, comprobar como se aferran a los engaños escritos, como lo del Arca de Noé, para seguir convencidos de su incierta e inverosímil verdad.
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