Como hay quien sigue sin entender vuelvo a ello. La falsación pretende hacer falsa una teoría por la ruptura de su fundamento, es decir, que la invalida; desfundamenta el principio inductivo y deshace el deductivo. El argumento de su lógica inductiva cae por entero, se hace falso, y no es, por su propio principio, verdad; y el deductivo se encuentra vacío, sin casos cruciales en los que fundamentar su razón, o sea, niega su propia razón y pide la ampliación que la legitime como ciencia. Si una teoría no es falsable es débil epistemológicamente, no dice mucho, es decir, es pobre en contenido. Las teorías con mayor contenido son las más improbables; las más probables son las de menor contenido. En ello consiste, en resumen, la demarcación de lo que es estrictamente ciencia. Así de sencillo, epistemología en crudo, sin gramática de idiota.
El mérito científico no es el onanismo sino la ampliación del conocimiento. La burocracia, en este sentido, no es más que un trámite para que sea posible su administración. Se llama labor institucional, que no ha de ser confundida con la labor intelectual.
A pesar de que sigo, como he dicho, líneas muy popperianas, no es difícil ver en mis temas una línea básicamente contraria a la de Popper. La falsación es de la mayor importancia en cuanto a la determinación del conocimiento, pero no es ni su totalidad ni su única finalidad; no hablamos de absolutos al haber defendido que son, en esencia, delirios. Por ello es tan importante la sinteticidad, para dar amplitud a lo analítico.
NOTA: Sugiero a quien recurre con su repetición infinita de exigencias que si no sabe flotar en mi baño aprenda cuál es mi objeto: ni la ciencia ni la verdad, sino su acción. Mi prudencia consiste en esto: no tomo nada sino la urgencia como condición absoluta, pues ella es en cuanto al margen de la representación siempre primera y última. En lugar de insistir con peticiones que caen en cuanto le son negadas, es decir, básicamente todas, debiera aprender otra gramática que la del idiota. Mi gramática comprende, lo primero de todo, el tiempo, por eso no cae, formalmente, de la misma manera; ¡porque aprende!, no conforme a una ley sino a la urgencia.
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