Eres llamado
el Pulgarcito de América
por tus dimensiones
físicas, pero
por tu corazón y tu temple
deberías de ser llamado
el Gigante de América.
Sufriste por mucho tiempo,
viendo tus campos
bañados por la sangre
de tus propios hijos,
que se derramaba en
una guerra fraticida.
Y luego viste como se
levantaba por detrás
de tus montañas,
el sol de la paz cuando
se calló el rumor de las
armas genocidas.
Sin embargo tu corazón
aún sufre,
no encuentra todavía
la paz tan anhelada...
Todavía hay injusticia
que no se castiga
Pero ahora, mi país,
ahora tu pueblo
se ha levantado
como un sólo hombre
y ha clamado a la
esperanza,
se escuchó su voz
en tus volcanes
y en tus valles,
en tus playas
y en tu ríos...
El eco de la voz de
la democracia
se hizo presente
hasta en tu último rincón...
Tenemos un nuevo sueño,
mi paísito querido,
tenemos una renovada
alegría y una fe
que moverá las montañas
de la desigualdad.
Así que encuentra reposo
mi patria amada,
que trabajaremos incansablemente
para darte la paz que tanto te mereces!
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