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Tres Puertas en Una
¿Recuerdan el cuento de Ricitos de oro? Eran papá oso, mamá osa y el osito. A ellos les hubiera gustado tener una puerta de éstas. Tres en una. Una para cada tamaño.
Recuerdo que cuando mi hija era pequeñita, le instalé en la puerta que daba al patio, una manija que quedaba al alcance de su mano, así podía entrar y salir cuando quisiera. Los visitantes a mi hogar siempre preguntaban que significaba ésa manija a tan baja altura. Pero la verdad, que no se me había ocurrido una puerta así a menos que las que ya existen con una abertura para que entren y salgan las mascotas.
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