Cuando pueda vivir sin trabajar y tenga que pasar mi vida solitariamente como tú, podré dedicarle a los foros todo el tiempo que me sobre. Pero mientras haya familia que me reclame presencia, provisiones y afecto, todo lo que puedo ofrecer a estos foros son instantes fugaces, fugaces como tus argumentos. Cierto que me has invitado varias veces a otros debates cada vez que no puedes rebatir mis argumentos y quieres desviar la atención hacia otros terrenos en los que te sientas más cómodo, pero créeme, es completamente inútil comenzar un debate donde no tendré el tiempo necesario para dedicarle. Creo que te lo he dejado bien claro.
Si tienes problemas para comprenderme, plantéame tus preguntas, y trataré de ser más condescendiente en la próxima explicación.
Mientes de nuevo. Allí no dice que las almas sean inmortales. Dice que los muertos, es decir, los cuerpos muertos, no están realmente muertos, porque han de ser resucitados. Todo lo demás que quieras añadir, es ir más allá de lo que está escrito y, por lo tanto, es presunción.
De nuevo te reto a que demuestres con la Biblia que las almas sean inmortales.
La ley de Moisés no fue enmendada: fue ampliada. Tal como lo había anunciado el profeta que haría el Mesías:
"Jehová se complació por amor de su justicia en magnificar la ley y engrandecerla" (Is. 42:21).
Lo que Cristó sí enmendó, al igual que los apóstoles, fueron las interpretaciones judías que corrompían la sana doctrina.
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