Fue sabio, no un hombre perfecto. Y eso para demostrar que, alejados de Dios, estamos perdidos, sin importar nuestro intelecto. Pero como no estoy aquí para juzgar a Salomón, prefiero que seas tú quien le lance la primera piedra.
Es interesante cómo tachas y reprochas a Salomón por sus errores, pero en cambio te alegras con lo que hizo Saúl cuando pisoteó Deuteronomio 18:10,11. Claro, la razón es más que obvia: Salomón niega tus ideas paganas, en tanto Saúl las apoya.
Marcadores