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Tema: El nihilismo de la falta de urgencia

  1. #1
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    Predeterminado El nihilismo de la falta de urgencia

    La mera verdad no basta, lo que buscamos son respuestas a nuestros problemas.” (Popper, Conjeturas y refutaciones; La verdad, la racionalidad y el desarrollo del conocimiento científico, pg. 281)

    Me sirvo de esta engañosa cita de Popper para desligarme en lo que claramente nos separa. Siempre he visto en los filósofos de la ciencia una grotesca hipocresía cuando se las dan de humanistas, como si estuviesen realmente implicados en los problemas. La conciencia de los problemas, de acuerdo con la urgencia, no es su concepto sino lo que urge en él, lo inmediato que emerge de su dolor.

    El dolor del hombre es una condición antropológica basada en su especial negatividad. Se trata de un recreo inmediato en el que esta negatividad es consustancial a la cosa. El hombre es un miserable, pero ha de saber que lo es.

    La irracionalidad sí es antropología filosófica porque de ella se hace posible su ética. De conocer la raíz de su falta depende su comprensión, no de que haga juegos con su dolor, el recreo de negatividad que se indetermina. Los conceptos científicos no son una bendición a la que nos acomodamos sin mérito alguno. Esa noción de mérito es una falta del mismo, una declaración de pereza y simplemente una condición de confort y debilidad de espíritu.

    Esa falta de comprensión es exactamente nihilismo: no sufrir con el otro, ni, acaso, conocer su sufrimiento, sino describirlo, pero no en su urgencia, sino en su verdad. La sed de nada, la voluntad de poder comprendida en su verdadero ser, se hace inmediata con su destino. El nihilismo cientificista es, pues, la voluntad, lo inmediato, no de uno, sino de otro; pero no en su comprensión, su saber inmediato, sino el falseado, negativizado, en su mero conocimiento.

    Esta ausencia de compasión que Nietzsche quiso fortalecer como voluntad positiva es una insistencia sobre una positividad que no la reclama. El carácter evolutivo de la solidaridad se da desde formas inferiores como el sexo hasta variaciones superiores de ello mismo en el lenguaje.

    Si la ciencia es una voluntad de poder que se compadece de lo que conoce y no de lo que sabe no hace sino indeterminar su fuerza haciéndola débil.

    Considero a Nietzsche un filósofo moral en un sentido especialmente ético. Por mucho que crea que es un filósofo incomparable y con frecuencia genial, su presuntuosidad profética es un delirio metafísico, en ocasiones, más cercano a la poesía, el arte y la locura que al uso filosófico.

    Popper, en sentido epistemológico, tan fortalecedor como Nietzsche, indetermina la inmediatez al pretender determinarla sin comprenderla.

  2. #2
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    Predeterminado Respuesta: El nihilismo de la falta de urgencia

    Cita Iniciado por ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO Ver mensaje
    El dolor del hombre es una condición antropológica basada en su especial negatividad. Se trata de un recreo inmediato en el que esta negatividad es consustancial a la cosa. El hombre es un miserable, pero ha de saber que lo es.
    Hola Alberto,

    ¿Cuál es la especial negatividad? ¿La negatividad de la mente? ¿En cuanto no acepta el curso natural y azaroso de los acontecimientos, si no que construye su propio orden? (y luego se lo cree él mismo).

    En cuanto a ser miserable - no sé si apunto a lo mismo - el hombre vive en la miseria de sobrevivir, por más elegante que esta sea en algunos lugares y momentos; y no aceptar su precariedad sería soberbia, en algunos casos, e ingenuidad en otros.

    Una tercera opción es la de quienes tratan de mantener el poder, por las artes y manipulaciones que sean. Esos serían, por ahora, los más lúcidos.

  3. #3
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    Predeterminado Respuesta: El nihilismo de la falta de urgencia

    Toda la naturaleza en general discurre en una falta y en el hombre es especialmente grave al saberlo. La mente es una de sus objetivaciones, con un cerebro que permite cierto desdoblamiento.

    El conocimiento no es sólo el conocimiento sino también el conocimiento para el hombre. En mi opinión, esa ampliación debe ser cuidada. La ampliación del conocimiento es negativa, se amplía desde una falta, momento lógico o categorial. Desde ahí y su unidad de apercepción sintética, las cosas vienen dadas formalmente, es decir, estética a ciegas, pero igualmente olvidada.
    Última edición por ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO; 23/02/2009 a las 16:01

  4. #4
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    Predeterminado Respuesta: El nihilismo de la falta de urgencia

    [QUOTE=ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO;422143Considero a Nietzsche un filósofo moral en un sentido especialmente ético. Por mucho que crea que es un filósofo incomparable y con frecuencia genial, su presuntuosidad profética es un delirio metafísico, en ocasiones, más cercano a la poesía, el arte y la locura que al uso filosófico.
    .[/QUOTE]

    Nietzsche es un filosofo del ethos, del pathos, y mas profundamente aun, del amor fati. A diferencia de por lo que lo tienen otros mal lectores (que le rezan a cientificos muertos), tenia muchisimo mas que decir de etica (ojo, no moral, la moral unicamente entra en sus escritos a partir de la critica a su monolitico cristiano) y de 'verdad' que lo que mil cientificos juntos han tenido que decir de psicologia evolutiva, la moral en el genoma, o veintena de disparates mas.

    Al menos, claro, segun mi lectura; que no es evidentemente la unica. Pero en Nietzsche se da exactamente lo que usted escribe: "el conocimiento no es solo conocimiento sino conocimiento para el hombre". Y que lo es! Pero el hecho de que lo sea (digase por cualquier 'desdoblamiento' natural como usted sugiere), ya lo transforma irremediablemente; de lo que 'rescatarle' en su momento anterior es hilvanar un mito cobarde y es nihilismo profundo! Es un infantilismo querer destapar con claras luces la infancia de los hombres mismos, al querer 'desnudar' con tanta religiosidad la 'Verdad' misma: lal "verdad sin el hombre".

    Pero no lo digo por resaltar ningun aspecto relativo de la verdad, ni nada de eso. Sino en su aspecto etico, resaltar las consecuencias de una empresa asi para el espiritu conjunto de los hombres.
    Acaso no ven, que el objeto de esa verdad, siendo el hombre, la hace ya de otro orden? La hace siempre e irrescatablemente etica? Nuestra relacion con el mundo de las verdades, no es en NADA distinta a la que tenemos con el mundo de los mundos(cotidianidad). Un credo y una actitud* las separa; nada mas.

    De donde el cuestionamiento por lo moral, lo seriamente moral, y lo etico, desde Parmenides se hace ineludiblemente la pregunta por el Ser mismo, o la 'redondez de la verdad'(como la tuviera el). Es una diosa(en su caso), un discurso(en el de Heraclito), un apeiron(en el de anaximandro), una Idea(en Platon), un juicio(en Aristoteles) y asi sucesivamente, pero que es ahora? Ahora es la cara de un hombre. La cara misma de su verdad. Eso, no la hace subjetivismo (aunque claro, la deshace como 'objetivismo'): la hace finita. Y la ciencia, se ha tornado inautentica en su ceguera frente a su finitud. Digamos que, su deseo excede las condiciones de su posibilidad. Y llegadas las vacas flacas...el mundo un dia para...y a quien van a adorar?
    Última edición por Serg; 22/02/2009 a las 13:38

  5. #5
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    Predeterminado Respuesta: El nihilismo de la falta de urgencia

    Estoy, evidentemente, de acuerdo con usted. Nietzszche es un filósofo no sólo raramente profundo sino también crucialmente interpretativo. La interpretación es acción con arreglo a la fuerza de crear, reconocimiento de la capacidad o posibilidad. Su dimensión es ética en la sutileza de la comprensión de lo inteligible como especial cualidad del filósofo que crea: ¡es el cuidador!. Hablar de Nietzsche, llegados a cierto punto, es algo complejo porque se convierte en responsabilidad, pero no una cualquiera, aquella un tanto tosca, sino esa otra más sutil, superior y no acobardada. La moral, nihilismo formalizado en el asco al otro, odio malsano, es condición de convivencia –mire lo enormemente distinto de la inmediación anterior al efecto que olvida la síntesis-. ¿Recuerda cuando hablamos de Hobbes y Nietzsche?. Está claro que la historia de la filosofía no es como la historia de la ciencia. No es lo mismo un idiota como Comte que un loco como Hegel, está claro.

    Con frecuencia se cae en facilismos y superficialidades al tratar con él. Hemos leído durante varios años quien lo criticaba sin entender lo más mínimo. Así, resultó extraño que de ese supuesto monstruo dijese yo, con descarada actitud y, también, mucho mejor informada, que era básicamente filósofo moral y crucialmente ético.

    La espiritualización del mal no es, como está claro, el odio a los judíos –que bien visto era el rencor- ni la ética económica de la modernidad -¿por qué no se estudia a Weber profundamente y no sólo sociológicamente, o, como dice mi mujer, “refrito”?-. Si uno lee lo que la cultura ignorante y emprejuiciada dice de él se precipita el objeto de su crítica. Los chapuceros reclaman a gritos su puesto estable: ¡el de cerdos chapuceros!.

    La decadencia en la que Nietzsche insistía, y que relacionaba mucho con la influencia de la filosofía, de los filósofos, no era sino crítica de los pastores que descuidaban, infantilizaban y abobaban a su rebaño.

    Está bien eso que dice de que la cara de la verdad no se hace subjetivismo pero menos objetivismo. Se hace finita, pero para volver a lo mismo, y por eso somos pragmáticos. El pragmatismo es condición de la evolución.

    Sugerí hace tiempo el pesimismo radical de Schopenhauer que despreciaba el optimismo del horror a la verdadera naturaleza del mundo y no sólo de un progreso que se quiere como cosa en sí que mejora conforme a una ley simista y enajenante –negativista-. Son, de nuevo, Hegel y cientificistas rozándose impúdicamente con su historia dada y su delirio ultra subjetivista: cosa en ellos, por ellos y para ellos. ¡Qué asco de simismo que pudren en una asfixiante marginalidad que olvida la urgencia y el sentido positivo!.

    Lo del desdoblamiento era por el problema de las condiciones dialécticas de la mente y el arcaico cogito como espíritu o fantasma que siembra el escepticismo; era una burla a la neurociencia descerebrada, y por echar un poco de luz sobre su recreo de precipitación. ¿Sabe usted que el mismo dualismo que el cientificismo niega –por su materialización cerebral- es inmediatamente invertido en un efecto de evolución del cerebro que aproxima los objetos que condicionan su experiencia?. Como es habitual, los que toman la causalidad por una condición legal se imposibilitan filosóficamente para su comprensión. Es, necesariamente, trascendental y no material; es decir, es cosa de filósofos y no de zapateros que han olvidado su profesión.
    Última edición por ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO; 24/02/2009 a las 12:37

  6. #6
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    Predeterminado Respuesta: El nihilismo de la falta de urgencia

    Cita Iniciado por ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO Ver mensaje
    Como es habitual, los que toman la causalidad por una condición legal se imposibilitan filosóficamente para su comprensión. Es, necesariamente, trascendental y no material; es decir, es cosa de filósofos y no de zapateros que han olvidado su profesión.

    Jeje, peligroso, peligroso, jeje, que por ahi iba otro mas loco que Hegel: Leibniz! jajajajaja. Es broma, se que no va usted de ese lado; pero es interesante, aun asi, recordar la polemica Kant-Leibniz (o mejor dicho: Newton-Leibniz) respecto de ello; cosa que Schopenhauer traera denuevo con su Cuadruple Raiz del Principio de Razon Suficiente...

    A veces a los filosofos sin sentido historico(comod ecia Nietzsche u Ortega) se les va tanto la mano como a los cientifistas sin sentido trascendental(como diria Kant, Husserl o Heidegger). Y el tema de la causa*, uy, desmesuradamente protagonista de Occidente, ha dado tantas vueltas y recorrido tantas plumas -que para colmo ya ni se leen- que uno no sabe ni por donde empezar; pero sabiendo de su orientacion particular, sabre ya entonces que su marco de referencia comienza por un lugar ya especifico: la accion social...

    Yo queria trabajar seriamente a Alfred Shultz, pero no he podido; aunque me deslumbraron cosas que lei de el en la biblioteca, lo cierto es que en mi pais ( y America en general) son contadisimos los libros de el...Lastima, porque juntaba de manera sorprendente el analisis trascendental (fenomenologico) con el social(incluso, fue la inspiracion de los sociologos del 'conocimiento' como Berger).

    ....bueno...cuidese.

  7. #7
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    Predeterminado Respuesta: El nihilismo de la falta de urgencia

    Sé por experiencia que la filosofía es, un poco, cosa de locos; hablar de lo trascendental parece, aún más, lejano y peligroso; pero que la idiocia de la ignorancia se atasque en su pereza nos urge más locos, extraños y peligrosos que nunca.

    Está claro que la trascendencia es algo que suena mal. Los problemas con la filosofía se comprueban gravemente desde la escolarización. Conozco gente de 10 en la asignatura de filosofía que tuerce el gesto al oír hablar de ella. Evidentemente, no son alumnos míos.

    Si se piensa en qué consiste eso de conocer, a partir de qué surge, cómo surge, qué lo estabiliza y qué se hace con ello, todo es más sencillo. Pero para dar una clase sin mucho interés.

    El ejercicio de conocer tiene cierta propensión objetivante, es cierto, pero no es un molde definitorio como totalidad final, cabalmente de-finitorio. Conocer con suspensión legal, provocar a las condiciones verdaderas, es lo que hace al conocimiento no final sino más válido, abierto como la conciencia. El pragmatismo, al menos, como yo lo defiendo, es su ajuste, el cuidado de su ampliación. Una de las más oscuras e indeterminantes costumbres del hombre –formas de continuidad- consiste en invertir su proceso histórico de conocimiento –el retraso de las condiciones temporales, ******** e incomprensiva causalidad- que, como se ha visto en días pasados, lo lleva a su precipitación, a poner la conciencia fuera del margen de su posibilidad trascendental -el sofista conceptuoso de Lichtenberg-.

    La fijación sintética, la condición formal que hace propio el tiempo, de ella y no del ejercicio de la conciencia, lo hace verdad en su conceptualización teorética, en el rozamiento impúdico.

    Se ha visto, y retenido, la acción social como un sentido no sólo principal, con carácter de primacía, sino inmediatamente significativo; pero es en la línea de sodomizar la forma abstracta y básicamente trascendental de los conceptos. Pensemos, entonces, en el sentido de las aproximaciones, en la indeterminación necesaria de los conceptos en sus usos y su eterno retorno inmediato. La sodomía, en mi crispación, es el concepto solidario.

    Cuando empecé a tratar con Peirce intuí su finura. En lugar de ser un vulgar kantiano era evolucionista y, en buena medida, hegeliano -raro, empírico como condición límite de la experiencia-. Los conceptos no eran las esencias ni, acaso, tenían una relación simista con ellas. Su simismo era el problema como aproximación a su modo de acción. ¿Se ve ahora que Peirce se adelantó a Popper en su sentido de la cosa en sí?.

    Lleva usted toda la razón del mundo al decir que esas cosas ya no se estudian. Las cosas ahora son verdad. Mi postura al respecto no debe dejar dudas: puede más la urgencia que la verdad; llega antes al principio y al final; es absolutamente primera o, dicho de otra manera, es esencialmente inmediata.
    Última edición por ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO; 11/03/2009 a las 13:50

  8. #8
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    Predeterminado Respuesta: El nihilismo de la falta de urgencia

    La pregunta se impone, en mis oceanos de ignorancia, que bañan algunos pequeños islotes de conocimiento, lo que ruego ud. Sepa
    disculpar. ¿cual seria ese/esos filosofos humanistas que se comprometen con la "urgencia"?

  9. #9
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    Predeterminado Respuesta: El nihilismo de la falta de urgencia

    La propensión del conocimiento se dirige sólo a lo que conoce, y olvida lo que sabe. El olvido no es, en cierto sentido, sino falta de permanencia, como una negatividad confiada. Leí su pregunta en un principio y la respuesta parecía que, como objeto, era la aproximación. El discurso que se aproxima a la verdad es crucialmente distinto del que se aproxima a la urgencia. En la verdad esperamos tratar con ella como si no hubiese límites intrínsecos para el roce con la cosa en sí -los conceptos científicos son muy aclaradores de su supuesto simismo y rechazo al efecto no simista de su síntesis-. Está claro que su precipitación es indeterminante; se cede la conciencia al optimismo y confianza en su bondad.

    Pero parece que usted me pregunta por quién/quiénes. Sinceramente, en términos de urgencia, como yo lo propongo, no tiene más génesis que Schopenhauer y Popper, de quienes me separo cada vez más, si eso, realmente, es posible teniendo en cuenta sus impagables eseñanzas. (Declaro abiertamente profunda gratitud a aquellos pocos que considero mis maestros fundamentales, no muchos más que éstos).

    Schopenhauer acompaña todo lo que concibo de la filosofía porque de él aprendí la pulsión ética de la misma. Su posibilidad de conocimiento sin voluntad era una emergencia que cuidé en su origen, lo que hacía posible su original conciencia -condición biológica de la urgencia-. Las aproximaciones no son absolutos, sino totales que por su precipitación se formalizan en un estrago casi dialéctico de estructura y función. Pero así se hace el todo un poco plano, seco, clarito y sin urgencia.

    La urgencia más que compromiso en sentido de responsabilidad dada y pasiva es activo como comprensión; es el sentido en el que la propuse distinta de la mera compasión. La comprensión tiene condiciones inteligibles que han de ser el ejercicio de cuidado para no tomarlo como mera precipitación y soberbia del conocimiento. Como sugerí en De la comprensión, el margen comprensivo era sutil no meramente de condiciones inteligibles, sino, más bien, de condiciones éticas.

    En cualquier caso, conviene recordar que se trata de un enfoque que se relaciona con la solidaridad como variación de la compasión. En lugar de ser meramente pasión debilitadora, es un significado positivo en su inmediación. He hecho docenas de aclaraciones de esto. Desde el prejuicio de Nietzsche no sólo para la moral –que básicamente comparto-, sino más sutilmente para la crítica a la compasión -que denuncio como la incomprensión de Nietzsche, lo que no comprende-, pensaba que era un enquistamiento de malinterpretación -moral como asco al otro en su diversidad gradual-. Nietzsche así lo creía, y si queremos que tenga sentido lo hemos de buscar en la ampliación y no en su falsa reducción. La solidaridad, o el efecto inmediato al otro, es un sentido que supera claramente y hace síntesis con su significado propio -se hace un margen, de sí mismo hacia donde se orienta-. Así que en lugar de recrearnos impúdicamente en ello hacemos ejercicio de cuidado. Es decir, no es criticar al conocimiento por criticarlo, sino decir que sin la orientación de la urgencia sus condiciones de verdad son vacías.
    Última edición por ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO; 25/02/2009 a las 12:01

  10. #10
    Forero inexperto
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    Exclamation Respuesta: El nihilismo de la falta de urgencia

    No dejo de suponer que el fin último de la filosofía no es el conocimiento por el conocimiento en sí, ni por supuesto tampoco una adecuación utilitaria de clase alguna. Pero una particular actualización del sujeto conlleva una particular actualización del objeto (llamese "mundo"," ente" o como se quiera) tal como éste se presenta y se da en ese particular sujeto. Este acontecer permanente, es casi imposible que se exprese sin la correspondiente articulación semántica. Y ahi parece radicar la propensión, la dispersión, ya que ese "producto" semántico constituído en mensaje será variadamente decodificado por los distintos receptores del mismo con acuerdo a su formación, historia personal, en fin, su culturación en el desarrollo de su vida.
    De ahí que aun a diferencia de la ciencia, carezca de una metodología como elemento en contra, pero dispone de la poderosa subjetivación de la que aquella debe carecer intencionalmente, lo que permite el desarrollo de los mensajes no verbales, en ese proceso de actualización-articulación dialéctica por parte del grupo. atentos saludos desde la pequeña isla....

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