Aun tan vulnerable y sola,
Te perdono los besos funestos;
Aun con la herida vaga que me hiciste
Con la daga perfumada,
No me arrepiento de tu cuerpo;
Tras las interminables noches
De ansiedad ganada,
El recuerdo de tus besos
Recorre mi desesperado cuerpo
¡Y mis enterradas ganas
Despiertan con suspiros vacios
Que llegan y no se acaban!
Aunque existieran mil noches
Y mañanas de interminable sufrimiento
Viviría en tu recuerdo cobijada;
Diseminaría el espacio y mi corazón
Entre palomas espigadas;
Soñaría el encanto de tu sonrisa,
Cantaría los salmos enterrada y desangrada….
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