Lo que demuestra que Dios no es un fantasma, ni un Ser metafísico, ni una entidad incorpórea, todo lo cual es una propuesta del catolicismo al contaminarse del idealismo platónico. Por el contrario, el Dios de la Biblia es una Persona corpórea, con una fisonomía definida, a cuya imagen fue creado Adán.
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