Algo más para reflexionar...
Todo aquel que ha nacido de Dios sí puede continuar pecando con su pensamiento, pero solo en su corazón, nada más. Éste es el pecado que no lo lleva a la muerte segunda (1Juan 5:17), porque todo aquel que ha nacido de Dios puede pecar solamente en su corazón, como bien lo enseña el pasaje de Mateo 5:28 con el ejemplo del adulterio:"Pero yo os digo que todo el que mira a una mujer para codiciarla ya adulteró con ella en su corazón."
Ahora bien: "Yahshua se entregó a la muerte por nuestros pecados" (Gálatas 1:4), pero ¿cuáles son esos pecados?... son los pecados cometidos por nuestra carne, en el pasado, antes de bautizarnos en nombre del Señor. También Cristo murió por los pecados que nosotros acumulamos en el pasado, dentro de nuestro corazón, y que son precisamente los que llevamos a cabo. Pero una vez que nacimos de nuevo en espíritu nunca más volvemos a consumarlos (a practicarlos), ¿y por qué?, porque "Dios nos guarda, y el maligno no nos toca" (1Juan 5:18).
Entonces, cómo se entiende que "Toda maldad es pecado, pero hay pecado que no es de muerte" (1Juan 5:17), porque todos los pecados que se quedan dentro del corazón, no son consumados o concebidos. Y justamente son éstos los que no engendran la segunda muerte, los pecados que no se llevan a cabo, como por ejemplo aquel hombre que comete adulterio solo en su corazón, nada más: "Pero yo os digo que todo el que mira a una mujer para codiciarla ya adulteró con ella en su corazón." (Mat 5:28).
Y cuando nos arrepentimos de los pecados que cometemos solo con el corazón y "se lo confesamos a Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad" (1Juan 1:9), porque "si alguno peca, abogado tenemos delante del Padre, a Yahshua el Justo." (1Juan 2:1). Pero esto de que "si alguno peca" no se refiere acualquier pecado sino únicamente a los malos pensamientos y los malos deseos que por supuesto que son pecados; pero que al no llevarlos a cabo (al no practicarlos) es que resultan ser, simplemente, pecados que no nos llevan a la segunda muerte. Y únicamente para esta clase de pecados es que nosotros, los auténticos cristianos, tenemos como abogado a Cristo delante del Padre, pero tal abogado es solo para quienes nos bautizamos en nombre de Cristo para llevar una vida nueva adespués de haber experimentado un sincero arrepentimiento y una verdadera conversión en nuestro corazón (Romanos 6:4).
Romanos 6...
4 "Por tanto, mediante el bautismo fuimos sepultados con él en su muerte, a fin de que, así como Cristo resucitó por el poder* del Padre, también nosotros llevemos una vida nueva."
Bendiciones para su vida.
Marcelo Cuadras
Marcadores