Te observo así,
sutil,
entre la penumbra de mi cama.
Pareces destino virgen,
con su pureza y añoranza.
Un íntimo regalo del infinito.
Se perfuma mi sueño
mientras tanto,
en tu vidriosa mirada.
Te observo en tu quietud,
en tu dulce abandono,
deseada.
Se eclipsa la luna
cuando cincelo de mantos tu cuerpo,
junto a mi sonrisa disimulada.
Escapan los besos
como asustados, por tu pliego
de rosas.
Estallido de cristales efímeros
suspendidos en el aire.
Te observo entre la noche
como a la misma brisa
que teje paños en tu espalda;
espalda sutil
entre corolas murmurada.
Mis caricias se aferran
como garfios de manos
bordeando en lis todo tu llano.
Cálido momento,
de tan suave encanto.
Te duermes tan pacífica,
entre la cama en penumbras.
Pareces mármol.
Marcadores