Tus palabras llegan a través
de la distancia y del tiempo
y aunque casi ni reconozca ya tu voz,
todavía haces que el suspiro se quede
truncado en mi pecho.
Y a estas alturas del juego
ya mi voz se te ha de ser desconocida,
mis manos se deben haber
convertido en un par de extrañas...
Sin embargo, a mi tu voz
todavía se me hace conocida
aunque esté cada día más lejana.
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