Iniciado por
dragonfly
Tomando en cuenta el verdadero concepto de la palabra "amante" las cosas se ven desde otra óptica, mucho más bonita que la que suele darle el contexto de lo que socialmente se considera "normal".
Según el DRAE:
1. adj. Que ama. U. t. c. s.
2. adj. Se dice de las cosas en que se manifiesta el amor o que se refieren a él.
3. m. pl. Hombre y mujer que se aman.
amante2.
(Del gr. ἱμάς, -άντος, correa).
1. m. Mar. Cabo grueso que, asegurado por un extremo en la cabeza de un palo o ***** y provisto en el otro de un aparejo, sirve para resistir grandes esfuerzos… jeje
Pues en ello me enfocaré... desprovista de toda "norma" impuesta, bien sea social o religiosa.
Como vemos, amante viene de amar y amar no es un concepto, es un sentimiento, se debe sentir, no explicar ni justificar. Amar a alguien automáticamente nos convierte en su amante o a éste en nuestro amado amante, ya que el amor verdadero es aquel que viene despojado de todo prejuzgar, de imágenes creadas, de mentiras, de opiniones ajenas, de posesión, de celos o control, todas estas características son disfraces del miedo, por lo tanto no hay amor real cuando ellas están presentes.
Nacemos sintonizados para amar, de pequeños no se define el amor como un concepto, simplemente se vive, sólo que luego viene lo que Miguel Ruiz denomina la domesticación, y con ella la imposición de un sistemas de premios y castigos que va envenenando la emocionalidad.
Cuando sentimos miedo creyendo que amamos, percibimos la relación con el amante como la del adicto a sus drogas… la persona que necesita será el que más sufra, porque hará lo que sea por tener o poseer el objeto de su necesidad, el que menos necesita es el que mejor la pasa.
Sentirse responsable por el otro, sentir la necesidad de cuidar uno del otro, sentir celos, hacer responsable al otro de la felicidad propia no es más que miedo, miedo impuesto por la domesticación. En el amor no existen obligaciones, las obligaciones las impone el miedo, en el amor lo que hacemos lo hacemos por gusto.
El amor no tiene resistencia, todo lo que hacemos en y por el amor lo hacemos porque queremos, cuando resistimos a hacer algo es porque el miedo está presente.
El amor no tiene expectativas, es el miedo el que está hecho de ellas. El amor se basa en el respeto, el miedo se suele volver irrespetuoso, por lo tanto, si estás siempre presente dando lo mejor de ti, que divino, si amas como yo, sin miedo, estarás, si no, estás lleno de miedo.
El amor no tiene piedad, no siente lástima por nadie, pero tiene compasión, esa que permite creer que eres capaz de hacerlo, y si te caes, no importa, yo como te amo y te respeto, te tiendo la mano y te ayudo a levantarte, eso es sentir compasión.
El amor es totalmente responsable, es siempre amable. El enfado, la tristeza y los celos, son máscaras que se pone el miedo. El amor es generoso, el miedo es egoísta. El amor es incondicional, el miedo está completamente condicionado… te amo tal como eres y eres libre de ser tu mismo, si no me gusta tu forma de ser, entonces me busco a alguien que sea como a mi me gusta, así me hago responsable por mis sentimiento y no te falto el respeto haciéndote responsable de mi felicidad.
En toda relación (padres, hijos, novios, esposos, amigos) hay siempre dos mitades, de esas mitades eres sólo responsable de la tuya, aquí es cuando entendemos que aquello que se cree como ofensa o como afrenta, no es más que el problema de quien la comete, no es mi problema, es el problema de la otra mitad, yo soy responsable de mi mitad. Cuando esa ofensa me la tomo para mí, estoy tratando de controlar el actuar de la otra parte, si tomamos control de la otra parte, realmente entonces no estamos queriendo, eso es ser egoísta, es decir, tenemos miedo, por lo tanto, esa relación no funcionará nunca como una relación de amor, el amor será la careta de un miedo encubierto.
El amor es completamente diferente para cada persona, y es que no es un concepto, es un grupo de acciones, repito, no necesita justificarse ni explicarse, el amor es, está y se manifiesta en el respeto por uno mismo, que redundará en el otro y en el control de esa tu mitad, a la que deseas hacer feliz, por ende, buscarás lo que ella considere le hace feliz, y eso será un amante.
Por lo tanto, creo que si es posible tener un amante que te llene la vida como lo descrito por Hadid, que estemos preparados o no para afrontarlo, ya depende de aquello que haga feliz a tu mitad, haciéndote responsable de eso, para dar amor incondicional, aplicado esto a cualquier relación, bien el amante amado, o bien el amante amigo… siempre dando el respeto que deseo me sea dado.
Marcadores