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Tema: Frente a la primacía de los objetos

  1. #1
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    Predeterminado Frente a la primacía de los objetos

    “La regulación de todos estos procesos de asignación, así como del rendimiento de las funciones que mantienen en marcha el sistema de un modo suficientemente integrado, es imposible sin un sistema de definición de roles y sanciones asociados a las categorías de conformidad y adecuación”. (Parsons, Hacia una teoría general de la acción)

    De esta cita de Parsons se sirve Bauman para invertir el significado de la acción. Si le damos la vuelta vemos su reverso, lo que suponíamos de ella ahora en su aclaración, su actualización frente a su suposición. La sociología como disciplina comprometida en un proceso de madurez intelectual que encuentra su urgencia en su actualización. He buscado un texto que cité de serg sobre esta idea y algo así como “ir al ritmo de los tiempos”, pero no lo he encontrado. Imagino que él podrá corregirme si lo entendí mal, pero no lo creo.

    La actualización en sociología es un requisito básico de su adecuación teórica, su impulso hacia cierta legitimidad epistemológica. No es casual que yo dé tanta importancia a Kant, Peirce y Popper, pues son verdaderos enemigos del cientificismo. En sociología no podemos andar con el ritmo del retraso, hemos de aligerar el paso, ponernos al día y anticiparnos. Ese es el verdadero sentido de la sociología como ciencia, no que se quede atascada en un margen causal que confunde su secuestro con su conciencia: el objeto de su falsedad y la atontada primacía del sentido. La sociología es claramente cosa en sí para afuera, el problema de afuera tomado en su conciencia y no en su mismisidad, impulsada por su propia intencionalidad: finalidad en sí misma no como momento, sino como proceso.

    Estudié hace bastantes años la obra de Parsons, pero si la logré asimilar fue por la importancia y dedicación que presté a Max Weber. Repito que a ciertos sociólogos los leo como filósofos. La continuidad de la teoría sociológica no se da en la repetición de ciertos nombres –Marx, Durkheim, Weber, …-, sino en los objetos de sus teorías. Sin duda que quien pretenda una lectura dogmática de Durkheim, por ejemplo, como se sugirió que yo hacía, estará no sólo no actualizado, sino muy mal enfocado. ¿Pero no he defendido contra la visión oficial al Durkheim no conservador? ¿no defendí junto a Bauman el desafío de la malinterpretación de la anomia?. Atender a los problemas y no a sus casillas es un ejercicio muy adecuado si no queremos caer en su falta de conciencia.

  2. #2
    Forero Experto Avatar de Serg
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    Predeterminado Re: Frente a la primacía de los objetos

    La frase exacta que utilice, fue una de Gasset: "estar a la altura de los tiempos".
    Pero bien su refraseo se ajusta aun mejor al interes aca. Y si, me referia exactamente a ello. La ultima linea, de "atender los problemas*" y no ensimismar todo el ejercicio sociologico con sus "cosillas' es lo clave aca.

    Cuando use esa frase, creo haber estado en un tema de filosofia; ahora no recuerdo. Pero SI iba ligado a una critica mia(muy junta entonces, con la actitud Popperiana que se estaba hablando), a la primacia del sentido. Caricatura de meta-recurso! Teleologismo barato, y peor aun, muy dado a lo que usted mismo le critica a Hegel. Claro, Hegel no es ni el padre de ello, ni el mas importante en disparatar a tan grandes rasgos. Eso solo el mejor 'punching bag', para tomarlo de ejemplo, jeje.

    Pero si, la tarea sociologica, no entiendo como* se la ve aun insertada en la agenda de un positivismo sin CONSIENCIA. El positivismo es, ya creo!, antitetico a una responsabilidad adecuada, con respecto del "veradero" resolver, por decirlo asi, problemas sociales.
    El positivismo no puede dar cuenta de lo social; es que parece que no fue siquiera confeccionado para algo cuya talla exediera sus esquemas aristotelicos(luego lo explico)!!!

    O se ajusta, y se adecua a la altura de lo innovador, y la apertura conseinte, o se hunde, en el recuerdo futil, de un amuerta y desajustada diciplina. Escoja, Pomipilio.

  3. #3
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    Predeterminado Re: Frente a la primacía de los objetos

    Sí, creo recordar que surgió en algún tema de filosofía. Popper se presta a que se legitime racionalmente y a que se malinterprete irracionalmente. En rigor, no puede tacharse de cientificista, sino de primacía del sentido que en la problematización de un discurso se supone ni dada ni final -la lógica de la investigación científica-, el objeto del problema distinto del de su urgencia. Él jamás hubiese aceptado los problemas en sus casillas, siempre eran los problemas; alergia a las definiciones, decía él; pero la responsabilidad que yo propongo es con la urgencia, lugar distinto del epistemológico. De modo que critico el objeto de su primacía, la epistemología, que pone por delante de la positividad e inmediación de la urgencia.

    El marco ideológico del positivismo es el que Comte no pudo adecuar. El estado final de la sociología comteana y su filosofía de la historia confunde a dónde miran, a dónde se dirigen, el objeto de su intencionalidad, con su limitación, su borde y límite -fíjese en que es lo contrario de Popper-; pretenden verdad donde no hay más que falta de objeto, el retraso de la conciencia por su mera ausencia, ¿idiotismo?. Su verdadero no es más que un disparate, un lugar que se desvela ridículo ante cualquier urgencia; radicalmente falsificador, las condiciones nouménicas que traicionan a su portador convirtiéndolo en un farsante que concluye su verdad en un fraude, un rito; filosofía prehistórica que llama ética a su irresponsabilidad. El objeto de la urgencia y el problema que supone su trascendencia se corrompe asignándole en su ignorancia una etiqueta que niega la razón de su defensa. ¡Chapuceros!.

    Creo que el tema de los tiempos vino con Fayerabend o Badiou; busqué la cita, pero no la encontré. Badiou trata el acontecimiento como un momento del despliegue del significado histórico de la verdad que no se da sólo en su situación sino, más bien, es el cauce que la precipita y fuerza a reconocer, desvelar. Creí poder recomponer a partir de ahí el alcance actualizado de la lógica situacional de Popper en la toma de sentido que posibilita la conciencia. Esa dialéctica, la de Badiou y Popper, bordea unos límites que definen una ampliación del margen del discurso en el ajuste y adecuación más que en la contradicción y la falsación.

    Por supuesto que Hegel no es el responsable de la teleología. El punching bag es por ser un buen caso de la soberbia y el delirio de los que se creen en sí. El problema es el discurso, no Hegel, que, bien mirado, es una crítica del despliegue que se queda sin extender y prefiere el cobijo de su mismisidad –ensimismamiento-. La primera falta de conciencia e irracionalidad es tomar las teorías en sí, finales y definidas como objetos puros y divinos.

    "una mala interpretación de la verdad” (Peirce, C.P. 5.597)
    Última edición por ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO; 05/09/2008 a las 07:57

  4. #4
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    Predeterminado Re: Frente a la primacía de los objetos

    Es importante ver que la diferencia de la concepción aquí es que Comte concluye su discurso en la primacía a la que lleva la ciencia. Es cierto que lo rodea de intencionalidad social, pero Comte no estudia cómo eso es posible, cosa sobre la que su discípulo Durkheim sí pensó -solidaridad como efecto orgánico e integrador-. Según Comte, podemos hacer ciencia de la sociedad como de los minerales. El tropiezo es fundamentalmente filosófico o por falta de filosofía. ¿Recuerda cuando le dije que mi lectura de Kant no era dogmática?, el sintético a priori es el límite que ponemos en la cuerda floja, no unas casillas, sino el objeto a tentar, a profanar. Los términos del discurso filosófico hacen vaivén con el científico y unos y otros se determinan. ¿Desde cuánto los objetos sociales son finales?, ¡no!; son sólo efectivos, y confunden efectividad con causalidad, los igualan y establecen su miopía, su falta de conciencia como finalidad. Su noción de ley es programática. Es mismisidad frente a conciencia.

    Esa noción de ciencia de la sociedad se esfuerza más en su carácter de ciencia que el sentido de su ejercicio, ciencia como nombre, como casilla; fin en sí mismo, fin distinto del de la sociedad. En definitiva, no se comprende; con Lakatos, es ciega, no sabe a dónde va, pero lo pronostica. ¡Qué tontería!.
    Última edición por ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO; 18/08/2008 a las 05:15

  5. #5
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    Predeterminado Re: Frente a la primacía de los objetos

    Los objetos sociales vistos como las referencias a partir de la que tomamos conciencia de su urgencia son el en sí que poco a poco logramos profanar para darle adecuación, aun cuando ésta no sea más que un grado de su comprensión, el objeto que descubre su conciencia en su actividad y en su proceso de desensimismamiento, su progreso.

    Si los fenómenos sociales son ahora postulados en su urgencia más que en su primacía del sentido y ausencia de conciencia conviene que no tomemos la profanación sino como un proceso en el que no se pierda de vista que su trascendencia no sea una vuelta al objeto original de la profanación, que su repetición -continuidad- no sea tan sólo un eco sino que avance en la determinación de su descubrimiento, síntesis creativas -emergentes- y no reproductoras. La trascendencia trata de la aplicación dada a los objetos en su proceso de indeterminación, cabalmente su uso sin conciencia y la posibilidad de nuestra responsabilidad. Sin duda, estamos de nuevo en el pragmatismo de la conciencia haciendo posible la intencionalidad en su comprensión como proceso sintético y, en consecuencia, emergente: la conciencia de la emergencia como progreso.

    Es fácil ver que la profanación tiene su significado en lo sagrado contra lo que se rebela, pues no hay profanación sin algo que profanar. Los términos de este proceso serán un continuo y la conciencia quien lleve su cuidado adecuándose a su urgencia y posibilitando, pues, el objeto de la responsabilidad que reconoce la urgencia en su conciencia: se posibilita a sí misma, se representa a sí. Donde antes no había más que indeterminación y trascendencia ausente de conciencia ahora podemos al menos reconocernos en el objeto que hemos adecuado en lo que en él había de falta, de ausencia.

    Debe quedar claro que la conciencia en esta versión de la misma no es un momento sino un proceso, es la problematización de las síntesis, los objetos vistos en su proceso de trascendencia, en la búsqueda que trata de recuperar la continuidad en donde la misma conciencia hizo emerger su ruptura. La adecuación de la urgencia es el objeto, la profanación, no su sacralización por la indeterminación a la que lleva su propia falta de conciencia.
    Última edición por ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO; 21/08/2008 a las 09:23

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