Lo sagrado de la ciencia

[ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO]

Lo sagrado de la ciencia es el carácter mítico del rito de recrear la ley natural. El estado al que los defensores de la primacía del sentido han llevado a la ciencia es lo que los hace tribales. En lugar de hacer de la urgencia el pivote para el ingenio han decidido con su magia –su método- asumir la totalidad de un sentido que por sus propios términos se desborda, e indetermina su progreso, se nihiliza, inhumaniza e inmoraliza; pervierte con su primacía su posibilidad, la corrompe. El único mito positivo es el esencial, es ese el que se debe vigilar al profanar, cuidando que en su proceso no hagamos de nuevo sino sacralizar. La ciencia como mítico progreso no es sino una fase prehistórica del desarrollo del hombre y lo social. Eso hace míticos a los que a la irresponsabilidad de su retraso llaman propiedad y toman su ciencia por una filosofia que en su falta de entendimiento olvida su labor. ¡Zapatero a tus zapatos!.

[Serg]

Un discurso positivo, y los dispositivos discursivos que acerrea, han de colocarse como fenomenos totemicos, como tabues ancestrales, primarios, fuertes, densos en la historia. Y en ello, podria uno decir, como lo hace usted, guardar, hasta con cierta prudencia, de no profanar lo que de el queda por (aun) no enemigo del dialogo y el afronte responsable con lo social, pero pasar la raya es muy facil: es mas, sacralizar, es mas inminente en quienes odian a los dioses, sacralizan su ausencia.


Demas deacuerdo con usted.

Estatua de sal la ciencia actual!

[ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO]

“sacralizan su ausencia”

Por ello insisto en el sofista conceptuoso de Lichtenberg. Pongamos condiciones y conciencia a lo social. Se trata de una auténtica urgencia, y dejémonos de cuentos. La antifilosofía conlleva a la sociología miserable, la de los chapuceros de lo social que llaman ética a su perversión, que no es más que ausencia de conciencia. No pueden, pues, hablar tan ligeramente de ciencia, su mito; con su irresponsabilidad consiguen que su falta sea su vergüenza.

Serg, no estatua. Con Wilde, la lanzo por la ventana o la acompaño cortestesmente hasta la puerta. No a la ciencia, sino a la primacía, el límite de su insuficiencia. Ellos son los cientificistas, los que cuentan con todo mi desprecio, el óxido que corrompe y convierte el mérito en estupidez, soberbia y locura.

La emergencia sobre la urgencia es el objeto de nuestra profanación, ¡nuestro cuidado!. En sociologia es una desmitificación que no compete a los que no la comprenden. ¡Vuelve a tus zapatos, zapatero!.