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Tema: El momento filosófico y el científico de la sociología

  1. #1
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    Predeterminado El momento filosófico y el científico de la sociología

    Independientemente de las exigencias de primacías, antiguos maestros y otros descentramientos, es importante que la sociología piense en cuál va a ser el objeto sobre el que va a desplegar su reflexión.

    Como siempre he defendido soy un hombre claramente de humanidades. Mi preparación habla de arte, literatura, filosofía, psicología y sociología. Aún así, por una exigencia de actualización, me urgí a conocer el ámbito científico. No conozco ninguna universidad en la que se estudie filosofía y no se de, al menos, un curso de historia de la ciencia. Al igual que conocer historia de la filosofía no me hace filósofo, tampoco conocer historia de la ciencia me hace científico. El mayor interés que encuentro en la ciencia, la mecánica cuántica, la biología y la neurología, supera mi especialidad. Cuando de ello he hablado no he podido sino ser precavido y prudente y no desbordar mi propensión a la especulación. No obstante, trato con muchos especialistas que me aconsejan en lo que sería la imprudencia de mi reflexión, lo que busco evitar.

    De modo que mi especulación busca su objeto en lo que conforma su tejido de posibilidad, por donde se puede mover y desde ahí mirar. Ni que decir que en toda pretensión teórica hay un añadido de supuestos que un filósofo nunca debe tomar por dados del todo, tomarlos finales, sino sólo supuestos, en suspensión. De modo que la axiomatización, las evidencias y otros tópicos límite, son siempre transitorios, medios, nunca son el objeto. La pretensión contraria exige una primacía que, en este caso, uno no está dispuesto fácilmente a aceptar.

    Aunque se ha corrompido de manera pintoresca el pensamiento de gente tan importante como Marx y Nietzsche sus ideas no se agotan por la ignorancia o falta de juicio del que presume de una crítica con sentido de realidad.

    El sentido filosófico de la sociología es distinto del científico por cómo procede con el objeto. Uno lo toma no definido, continuamente cambiante y problemático; el otro busca proseguir fielmente el camino de la definición.

    Sostengo que concebir los problemas sociales como un dato, una teoría, es un momento de la sociología, pero se engaña a sí misma si piensa que ese es el verdadero problema. Repetir la primacía de la teoría frente a su urgencia es privar de verdadero contenido al objeto, hacerlo hueco, quitarle el sentido que tenía y ponerlo en otro sitio. Este diálogo sobre los sentidos y su ajuste, su actualización, no debe hacerse dogmático. La estructura racional de la sociedad la hace más que hábil para ser objeto de estudio científico, pero en un sentido creativo racional, y no en que se imaginen leyes que para lo social no son más que la definición de sus propias reglas. Evolutivamente, lo social, como lo económico, crea su propio modelo. De nada vale ponerse a hablar de una ley natural que continuamente modifica lo que de manera nueva emerge. La ley habla de lo contenido, no de lo que contendrá; eso es oracular y visionario.

    La proposición sociológica es ética por su juicio sobre el sentido urgente de lo social. Más que definir la teoría, necesitamos saber qué nos impulsa a ella. En lugar de hablar de sentido aparente de la ética y su regulación por la ley natural, he sido más humilde y he tomado por suficiente su orientación a sí mismo, su finalidad en sí misma en su valor. Cualquier reflexión de nivel sociológico debe tener esto presente como su principal asunto.

    En vez de crear castillos en el aire y tratar de argumentar una ética en principios naturales y montones de supuestos, he propuesto mirar al otro como un todo con sentido positivo. La reflexión sobre las neuronas espejo y las de dolor no son una primacía, son sólo la definición de un sentido que se puede hacer ético. En lo social así es. El cauce ético en lugar de darse por dualismos estrechos se podrá dar en diversos grados. Eso se definirá en lo social.

    NOTA. Sugiero al sensible difamado que no trate de establecer diálogo conmigo. Sólo logrará, en el momento en el que participe en los temas en los que yo participo, que los abandone. Esta situación tiene más de un año y aunque he escrito cientos de páginas dedicadas a los foros y a promover el diálogo el difamado sigue en la propiedad de la verdad. En consecuencia, toda para él. Su verdad no me interesa para nada.
    Última edición por ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO; 07/08/2008 a las 12:48

  2. #2
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    Predeterminado Re: El momento filosófico y el científico de la sociología

    Me vine desde el foro de Filosofía al de Sociología para no tener que soportar la descalificación personal y la difamación. Cada vez que se dirige a lo que digo, me obliga a escribir para evitar eso del que calla, otorga. Trate de hacer como yo. Vaya construyendo algo que tenga coherencia con otras cosas escritas, como si fuera agregando ladrillos a una construcción.

    Si no conoce de ciencia, ni de su método, no la critique. Si no entiende lo que hago, tampoco tiene derecho a descalificarlo.

    En la ciencia, como dije varias veces, hay muchas teorías erróneas y sólo unas pocas son acertadas. De ahí que si alguien utiliza ese método, no necesariamente supone de antemano que esté acertado.

    Por ejemplo, lo del amor, ya aparece en el Antiguo Testamento, en Cristo, en Spinoza, y tengo yo justamente que aceptar que lo que yo hago es infantil (???). Si lo mío es una ampliación de la ética de Spinoza (al menos en algunos aspectos) entonces las ética de Spinoza también es infantil......

    ¿ No puede escribir algo sin hacer referencia a lo que yo hago y a lo que digo ? Me obliga a participar.
    "El universo entero ha sido sometido a un solo amo, a un solo rey supremo, al Dios todopoderoso que ha meditado y sancionado esta ley. Desconocerla es huirse a sí mismo, renegar de su naturaleza y por ello mismo padecer los castigos más crueles aunque escapara a los suplicios impuestos por los hombres" Marco Tulio Cicerón

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