Parafraseando una crítica habitual del gran filósofo Karl R. Popper que decía “lo primero que olvida la sociología de la ciencia es, justamente, la sociología de la ciencia”, ahora deberíamos devolverle la pelota con “lo primero que olvida la ciencia es su sociología; es decir, su ética y su moralidad”.
Sentido, cuerpo, forma y corazón. Positividad, no embustes falsificadores de otra realidad. Ahora vemos de qué tratan los cuentos de viejas que se presentan bajo el disfraz de ética y sociología: de nosotros en su reproducción. Como digo, mera falsificación.
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