No fue preciso morir
sólo murió lo tenido
y con ello los sollozos, las quimeras, los olvidos.
Cae el placebo emocional en que me habías convertido
y sucumbe la esperanza del ensueño recorrido.
Llora mi corazón, porque mis ojos ya secos
no logran ver en tu amor lo que el llanto ya ha vencido.
Se separan los caminos y con ellos se cierran puertas
aquellas que pretendía se me afianzaran contigo.
La lucha extinguió su paso, se consumió el apetito
y en el rincón de mi ahogo quedó el arrojo tendido.
No se fuerza el amor, amor
y hoy tu te mueres conmigo
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