La soledad ataca el costado más inmune de mi corazón
a pesar de que no estoy sólo.
Se arma de ironías, malos ratos y enredos,
y aparentemente sabe como ganar.
Pero en el instante menos esperado llegas tú,
atacando por la retaguardia de manera inconsciente;
adueñándote de mi sonrisa de idiota
y en mi absurda vida convirtiéndote en presente.
Plasmando estas efímeras líneas
describo un plan de batalla bien armado:
guerra sin cuartel contra tu cuerpo;
lluvia de besos atrincherados.
Emboscada de placeres deseados
que me hacen atacarte estando lejos.
Pero hay que ver que pasa,
porque aunque podrías estar de mi lado
no hay que olvidar que tienes dueño.
Con gran fuerza emotiva en cada uno de sus versos y espectacularmente hermoso.
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