Ya no es pecado
ni acción ilegal,
no es emocionante,
no es algo de lo que me guste hablar,
no son risas, no es misterio.
Ya no es pecado,
no me hace temblar,
te llevaste todos los besos de ascensor,
las historias de aquel viejo bar.
Ya no es pecado,
ahora es simplemente soledad,
un vacío en el cuarto frio de mi cabeza,
un desierto de fantasías por realizar.
Ya no es pecado,
ni siquiera lo son
las orejas que nos escuchaban
en aquel barato motel,
ya no es vino de mal corcho.
Ya no es pecado,
faltan tus cabellos sudados en mi pecho,
y mis dedos en los moldecitos que se forman
en tu hermosa espalda,
ya no es la cama de tus padres,
ni el pequeño callejón en la casa de los mios,
ya no somos ni la mas simple, compleja
u oral de las situaciones amorosas.
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