Leo un artículo que dice que el stock de víveres de una gran ciudad dura sólo algunos días: 3, 4, 7 a lo sumo. Su abastecimiento depende de otros lugares.
Ya sea por causa del paro de un sector estratégico, un desastre natural o en el futuro una crisis energética, se puede sufrir de desabastecimiento y también del corte de algunos suministros básicos: agua, electricidad, gas.
No es una visión apocalíptica ni mucho menos. Pero unos pocos días de precariedad pueden causar bastante conmoción a nivel familiar y a nivel nacional, desestabilizar a un gobierno.
Una costumbre que se ha ido perdiendo -pues hoy se vive en espacios más reducidos, las familias son menos numerosas y hay mayor disponibilidad de bienes- es mantener una despensa. Es decir, contar con un stock de alimentos, bebida, medicamentos y otros productos de uso diario en casa.
Según mi parecer, como costumbre instalada, uno debiera mantener un stock físico para vivir sin sobresaltos durante dos semanas.
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