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David Perez i Paya
Hola Montes,
Yo recuerdo que a mediados de la década del 70 vino a Barcelona (España) un portavoz desde Nueva York, convocando a todas las congregaciones en la Plaza de Toros, para pedir disculpas a los miles de testigos que habían vendido todo, dejado sus trabajos y los jóvenes sus estudios porque TODOS seguían las instrucciones de ese artículo.
"¡Solo piense en dónde estamos en la corriente del tiempo! La importancia se grabó profundamente en nuestra mente allá en 1966. El pueblo de Dios recibió entonces el absorbente libro Vida eterna, en libertad de los hijos de Dios. A la mayoría no le tomó mucho tiempo notar la tabla cronológica del libro que identificaba a 1975 como el “fin del sexto día de 1.000 años de la existencia del hombre, sería temprano en el otoño" (Anuario 1975, pág. 256, por la Watchtower)
Posteriormente, se publicó en la Atalaya del 15 septiembre de 1980, pag. 17, que fueron los testigos quienes malentendieron todo y que sólo eran meras conjeturas.
"Con la publicación del libro Vida eterna, en libertad de los hijos de Dios, y sus comentarios en cuanto a lo apropiado que sería que el reino milenario de Cristo concurriera con el séptimo milenio de la existencia del hombre, surgió considerable expectación respecto al año 1975. En ese entonces, y después de eso, se hicieron declaraciones que recalcaban que esto solo era una posibilidad. Sin embargo, y desafortunadamente, junto con tal información de índole preventiva, se publicaron otras declaraciones que implicaban que, más que una simple posibilidad, el que para aquel año llegara aquella realización de las esperanzas era una probabilidad. Es de lamentarse el hecho de que aparentemente aquellas últimas declaraciones eclipsaron las declaraciones de índole preventiva y contribuyeron a edificar la expectación que ya se había iniciado.
6 En su número del 1 de diciembre de 1976, La Atalaya, comentando sobre lo poco aconsejable de fijar nuestras expectativas en alguna fecha específica, declaró: “Si alguien ha resultado desilusionado por no haber seguido este modo de pensar, debe concentrarse ahora en ajustar su punto de vista, al ver que no fue la palabra de Dios la que le falló o lo engañó y le trajo desilusión, sino que su propio entendimiento se basó en premisas incorrectas.” Al decir “alguien,” La Atalaya incluyó a todos los testigos de Jehová desilusionados"
Me parece algo horrible que esos mismos dirigentes luego expulsen -mediante instrucciones a los líderes locales- de sus filas a quienes no están de acuerdo con ellos. Sinceramente, no se si es que me hago mayor o es que hoy tengo le estómago delicado, pero leo esos textos y se me encoge el corazón.
No me extraña que tras 1975 miles de testigos abandonaron las congregaciones, como tampoco que muchos mas tras la publicación de esas palabras en 1980. Luego con los años se recuperó ese número, pero cuando hoy en día los testigos leen estos textos citados se dan cuenta donde se han metido.
Recordemos algo que dijo el Cuerpo Gobernante en aquella Atalaya del 15 de septiembre de 1980, pág. 17:
"Si permanecemos fieles, Dios no dejará que cometamos errores fatales"
Entonces, si eso es así, significa que ellos no permanecen fieles.
Un saludo,
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