Dragonfly, lo ha expuesto usted muy bien. El conocimiento como algo evidente, que parece que es lo que se pone en duda, es un primer nivel casi básico de percepción de uno –el cerebro no está listo de buenas a primeras para establecer cierto tipo de conexiones, no surge del vacío-. Kant estudia qué hace posible el conocimiento del perro y sus ladridos. Si no fuese por la razón, el conocimiento sería, y yo creo que de hecho es, básicamente un modo de respuesta en sentido skinneriano. El retardo que supone eso con respecto al curso del mundo es lo que facilita el proceder de la conciencia como todo un ejercicio de intencionalidad. Al conocimiento le asaltan las dudas trascendentales que, en su pereza, son su perdición (Goodman tiene una preciosa teoría sobre el factor evolutivo de las complicaciones de la ciencia). Conocer es siempre reproductivo de algo, pero es el incierto giro trascendental lo que lo hace absolutamente revolucionario, y por lo que yo sé, improbable en la naturaleza. En las terminologías filosóficas hay ciertas “expresiones” poco afortunadas que hacen que las cosas parezcan más complejas de lo que ya son. Creo que es la razón por la que la gente, justamente, desconfía de los embobadores de cabezas con sus pájaros y su filosofía.
El conocer que se plantea en suspenso haciendo revisión de su extraña condición hace uso de objetos más que dudosos, pero de gran necesidad. Las formas platónicas, que son lo que confiere sentido al noúmeno, tienden a un nivel universal que debe estar muy sintetizado para poder ser puesto en duda. En ocasiones es el sofista conceptuoso de Lichtenberg o el descubrimiento de las propiedades de la matemática.
Kant es un autor muy complejo al que es tentador cuestionar. Como dije, no se debe ver en él dogmatismos, pero lleva dificultades replantearlo. Lichtenberg decía que lo que hizo Kant fue expresar de forma enormemente complicada el sentido común, y lleva bastante razón. Pero desde sus teorías se puede llegar a otras que por el uso terminen pareciendo más sencillas, algo muy útil que proponía Descartes y a lo que Kant, en coherencia, se opondría.
Podemos hacer uso de la razón, que lo hagamos o no es distinto.
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