El ex-algo.
Fui uno de los primeros que incursiono en el juego de esto de la vida, al menos así me creía, viendo todo desde fuera, creyéndome el mejor analista y cronista del deporte este. Critique las caídas, las altas, las medias, las bajas, el promedio general, los equipos de tres y hasta de cuatro jugadores, en los que nadie perdía y todos, incluyéndome a mi, ganaban.
No pensé que las jugadas que se hacían eran creadas inconcientemente, digo, eso siempre imagine en mi estadía fuera del cuadro donde te mutilan el corazón, pero no fue así, me vi balanceado por todo el territorio, soñé con que al entrar a esto del juego iba a ser un rey y no lo que soy, un simple peón que ve la reina pasearse por todo el campo mientras babeas y ruegas un beso que se esconde tras la distancia.
Ya soy parte de lo que algún día escupí con rabia, se burlan de mi las historias que llegue a crear fuera de aquí, de esta cárcel lujuriosa y sutil, creadora de ironías, que me hace quedar como hipócrita, como extrema derecha consolidándose con el comunismo, soy parte de lo que pensé haber creado, de lo que soñé que podía dominar y ahora me domina, me ha construido limites, me ha construido una habitación en el edificio del amor.
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