Bueno aunque no es un chiste... es un relato chistoso de como las mujeres vamos al baño... o mejor dicho.. porque nos demoramos!!!


La aventura de ir al baño... (Escrita por una mujer).

Mi mamá era una asidua frecuentadora de los baños públicos. De chiquita me llevaba al baño, me enseñaba a limpiar el asiento de la poceta con papel higiénico y luego le ponía cuidadosamente tiras de papel encima.

Finalmente me instruía: 'Nunca, nunca te sientes en un baño público'.

Y luego me mostraba 'la posición' que consiste en balancearte sobre la poceta en una posición de sentarse sin que tu cuerpo haga contacto con el asiento.

Eso fue hace mucho tiempo atrás. Al día de hoy, en nuestros años más maduros, 'la posición' es dolorosamente difícil de mantener, especialmente cuando tu vejiga está que revienta.

Cuando 'tienes que ir' a un baño público, te encontrarás con una cola de mujeres que te hace pensar que los calzones de Brad Pitt están a la venta y a mitad de precio. Así que esperas pacientemente y sonríes amablemente a las demás que también están discretamente cruzando las piernas mientras escuchas las típicas *******das de las que sólo pueden hablar las mujeres en la cola para mear. Finalmente te toca.

Entras al baño y verificas cada cubículo por debajo para ver si no hay piernas. Todos están ocupados. De pronto... uno se abre y te mandas casi empujando a la persona que va saliendo. Entras y te das cuenta de que el pasador de la puerta no funciona; 'no importa... la aguanto con la mano'.

Cuando quieres colgar tu cartera de algún gancho 'que tendría que haber en la puerta'... no hay gancho M....!!!, así que te la cuelgas del cuello mientras miras cómo se balancea debajo de ti y sientes cómo te desnuca la correa, porque la cartera está llena de todas las mariqueras que le fuiste tirando adentro.

Alivio… Ahhhhhh… Más alivio… De pronto sientes ganas de tirarte un pedo, pero lo aguantas por temor a que salga sonando como el **** de una locomotora vieja y lo escuchen todas las que están en los cubículos de los lados. Resumiendo… colocada en 'la posición', por un lado, descargando toda la vejiga; pero por otro lado apretando el ñengue para que no se te salga el cuesco. De repente, suena el celular, que obviamente está en la cartera que se balancea de tu cogote. Ahí es cuando tus muslos empiezan a temblar…

Te encantaría sentarte, pero no tuviste tiempo de limpiar el asiento, ni lo cubriste con papel, así que te quedas en 'la posición' mientras tus piernas tiemblan tan fuerte que registrarían 8 en la escala de Richter, sin contar la salpicada finita del chorro que pega en la loza y que te moja hasta las medias y que… seguramente se va a notar!!!

M.....!!! Por suerte el teléfono deja de sonar.

Para alejar tu mente de esa desgracia, buscas el rollo de papel higiénico, pero... QUE?... adiviná! Siiiiii el rollo está vacío...!

M... de nuevo!!! Tus piernas tiemblan cada vez más. De repente te acuerdas del pedacito de papel con el que te limpiaste hace un rato la nariz.

Eso tendría que ser suficiente..., lo arrugas de la manera más esponjada posible pero es más pequeño que la uña de tu dedo y encima todavía está mojado de mocos... En ese preciso instante alguien empuja la puerta de tu baño y como el pasador no funciona y tienes las manos ocupadas, te encajan tremendo golpetazo en la cabeza. Y lee gritas enfurecida y como una loca: 'ESTAAA OCUPAAADOOOO!!!!'.

Mientras sigues empujado la puerta con tu mano libre, suena de nuevo el celular y en el intento de apagarlo definitivamente, el pedacito de 'kleenex' que tenías en la mano se te cae exactamente en un charquito que hay en el piso y no estás segura si es agua o mmm... pipí....

M.....!!! Tus piernas ya no aguantan. Te vas de espalda y caes de culete en el asiento de la poceta. Te levantas como flecha y con cara de asco, pero ya es demasiado tarde. Tu trasero ya entró en contacto con todos los gérmenes y formas de vida del asiento porque nunca lo cubriste con papel higiénico, (que de todos modos no había, aún cuando hubieras tenido tiempo de hacerlo), sin contar el golpetazo en la cabeza, el desnuque con la correa de la cartera, la salpicada del chorro en las piernas y en las medias, la que te conté que todavía está mojada... el recuerdo de tu mamá diciéndote 'que desagradable... no sabes qué clase de enfermedades podrías agarrarte ahí...'.

Pero la historia no termina ahí... ahora el sensor automático del sanitario está tan confundido que suelta el agua como si fuera una fuente y manda todo al colector con tal fuerza que te tienes que agarrar del tubo que sostiene el papel de baño (cuando hay) por miedo a que te vaya a chupar y vayas a aparecer en la China. Aquí es cuando finalmente te rindes. Estás empapada por el agua que salió del baño como fuente. Exhausta, tratas de secarte con un celofán de unos Triden que tenías en la cartera; y luego sales al lavamanos. No sabes cómo funcionan los sensores automáticos así que te limpias las manos con saliva, te las secas con una toalla de papel y sales pasando junto a la línea de mujeres que aún están esperando con las piernas cruzadas y en estos momentos eres incapaz de sonreír cortésmente.

Un alma caritativa al final de la línea te dice que vas arrastrando papel higiénico pegado a tu zapato del largo del río Mississippi...!

Tironeas el papel del zapato, lo depositas rudamente en la mano de la mujer que te dijo que lo traías pegado y le dices suavemente: 'Toma...Podrías necesitarlo...!!!' y sales hecha un fiera.

En este momento miras a tu esposo que ya entró, usó y salió del baño de hombres y que tuvo tiempo de sobra para leer 'La Guerra y la Paz'

mientras te esperaba.

- '¿Por qué tardaste tanto chica?', te pregunta azorado... 'estaba preocupado... hasta te llamé dos veces al celular por si te había pasado algo... y encima no me contestaste!!!!'.

Aquí es cuando tus ojos de cuaima desprenden rayos laser y de una vez por todas lo mandas pal carayo jejeje

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No se quién lo escribió, pero a poco no se les hace familiar la escena? jajjaa