Para el que le guste la lectura.
¿Puede usted confiar en la Biblia?
PARA muchas personas, la Biblia es sencillamente un libro que fue escrito por hombres sabios de una época ya ida. Un profesor universitario, Gerald*A. Larue, aseguró: “Los puntos de vista de los escritores como se expresan en la Biblia reflejan las ideas, creencias y conceptos que eran comunes en los propios tiempos de ellos, y están limitados por el grado de conocimiento que había en aquellos tiempos”1. Sin embargo, la Biblia afirma de sí misma que es un libro inspirado por Dios (2*Timoteo 3:16). Si esto es cierto, la Biblia ciertamente estaría libre de los puntos de vista equivocados que fueran comunes cuando sus diversas partes fueron escritas. ¿Puede la Biblia salir victoriosa al ser examinada a la luz del conocimiento actual?
2 A medida que consideramos esta cuestión, tenga presente que, mientras el conocimiento va aumentando, los humanos se ven en la necesidad constante de seguir ajustando sus puntos de vista para amoldarlos a la nueva información y a los nuevos descubrimientos. La revista Scientific Monthly señaló en cierta ocasión lo siguiente: “Es pedir demasiado el esperar que artículos que en algunos casos se hubieran escrito tan [recientemente] como cinco años atrás pudieran ser aceptados ahora como representativos de lo último que se piensa en las áreas de la ciencia de que tratan”2. Sin embargo, la Biblia fue escrita y compilada durante un espacio de unos 1.600*años, y quedó completa hace aproximadamente 2.000*años. ¿Qué se puede decir hoy acerca de su exactitud?
La Biblia y la ciencia
3 Durante el tiempo en que se estaba escribiendo la Biblia, entre los hombres había razonamientos infundados en cuanto a cómo estaba sostenida en el espacio la Tierra. Por ejemplo, algunos creían que la Tierra estaba sostenida por cuatro elefantes que estaban plantados sobre una enorme tortuga marina. Sin embargo, la Biblia, en vez de reflejar los puntos de vista imaginativos y no científicos que existían cuando estaba siendo escrita, sencillamente declaró: “[Dios] está extendiendo el norte sobre el lugar vacío, colgando la tierra sobre nada” (Job 26:7). Sí, más de*3.000*años atrás la Biblia señaló, correctamente, que la Tierra no tiene apoyo visible, un hecho que está en armonía con las leyes de la gravitación y la moción, que han sido entendidas en tiempos relativamente recientes. “El hecho de cómo supo Job la verdad —declaró cierto docto religioso— es una cuestión que no pueden resolver fácilmente los que niegan la inspiración de la Sagrada Escritura”3.
4 En cuanto a la forma de la Tierra, The Encyclopedia Americana dice: “La más temprana imagen mental conocida de la Tierra entre los hombres era que esta era una plataforma plana y rígida en el centro del universo.*[...] El concepto de una Tierra esférica no fue aceptado extensamente sino hasta el Renacimiento”4. ¡Navegantes del pasado hasta temían caerse junto con sus embarcaciones de vela desde el borde de la Tierra plana! Pero después la introducción de la brújula y de otras mejoras hicieron posible efectuar viajes oceánicos más largos. Estos “viajes de descubrimiento —explica otra enciclopedia— mostraron que el mundo era redondo, no plano como había creído la mayoría de la gente”5.
5 Sin embargo, mucho antes de tales viajes, en realidad unos 2.700*años atrás, la Biblia dijo: “Hay Uno que mora por encima del círculo de la tierra, los moradores de la cual son como saltamontes” (Isaías 40:22). La palabra hebrea chugh, traducida “círculo”, también puede significar “esfera”, como lo muestran obras de referencia como el Analytical Hebrew and Chaldee Lexicon (Léxico analítico hebreo y caldeo) de Davidson. Por tanto, otras traducciones dicen “el globo de la tierra” (Franquesa-Solé), y “el orbe terrestre” (Biblia de Jerusalén). Como se ve, la Biblia no estuvo bajo la influencia del concepto erróneo de una Tierra plana, que era el punto de vista general cuando la Biblia fue escrita. La Biblia fue exacta.
6 Por mucho tiempo los humanos han notado que los ríos fluyen a los mares y a los océanos y sin embargo la profundidad de los mares y los océanos no aumenta. Algunos creían, hasta cuando se aprendió que la Tierra es esférica, que esto se debía a que desde los extremos de la Tierra se estaba derramando y perdiendo una cantidad igual de agua. Más tarde se aprendió que cada segundo el Sol eleva como por bombeo miles de millones de litros de agua desde los mares, en la forma de vapor de agua. Esto produce nubes que son llevadas por el viento sobre las zonas terrestres, donde la humedad se precipita como lluvia y nieve. El agua entonces se escurre hacia los ríos y fluye de nuevo a los mares. Este maravilloso ciclo, aunque por lo general era desconocido en la antigüedad, se menciona en la Biblia: “Los ríos desembocan en el mar y éste nunca se llena, y el agua vuelve a los ríos y nuevamente fluye hacia el mar”. (Eclesiastés 1:7, La Biblia al Día.)
7 Respecto al origen del universo, la Biblia declara: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra” (Génesis 1:1). Pero para muchos científicos esto no estaba en armonía con la ciencia, pues ellos decían que el universo no había tenido principio. Sin embargo, el astrónomo Robert Jastrow, señalando a información más reciente, explica: “La esencia de estos extraños descubrimientos es que el Universo tuvo, en algún sentido, un principio... que empezó en cierto momento en el tiempo”. Jastrow aquí se refiere a una creencia comúnmente aceptada ahora, la teoría de “la gran explosión”, como se ha señalado en el capítulo*9. Él añade: “Ahora vemos que la prueba procedente de la astronomía conduce a un punto de vista bíblico del origen del mundo. Los detalles difieren, pero los elementos esenciales en el relato astronómico y el relato bíblico de Génesis son iguales”6.
8 ¿Qué reacción han causado tales descubrimientos? “El dato curioso es que los astrónomos están perturbados”, escribe Jastrow. “Sus reacciones suministran una interesante demostración de la respuesta de la mente científica —supuestamente una mente muy objetiva— cuando la prueba descubierta por la ciencia misma conduce a un conflicto con los artículos de fe de nuestra profesión. Resulta que el científico se comporta como los demás de nosotros lo hacemos cuando nuestras creencias están en conflicto con la prueba. Nos irritamos, fingimos que el conflicto no existe, o lo cubrimos con frases que carecen de significado”7. Pero sigue en pie el hecho de que aunque la “prueba descubierta por la ciencia” no concordaba con lo que los científicos habían creído por mucho tiempo en cuanto al origen del universo, confirmaba lo que se había escrito en la Biblia milenios atrás.
9 La Biblia dice que en los días de Noé un gran diluvio cubrió las más altas montañas de la Tierra y destruyó toda la vida humana que se hallaba fuera de la enorme arca construida por Noé (Génesis 7:1-24). Muchas personas se han mofado de este relato. Sin embargo, en elevadas montañas se hallan caparazones de organismos marinos. Y la gran cantidad de fósiles y cuerpos muertos depositados en lodo congelado es prueba adicional de que un diluvio de proporciones inmensas ocurrió en el pasado no muy distante. La publicación The Saturday Evening Post dijo: “Muchos de estos animales estaban perfectamente frescos, completos y sin daño, y todavía de pie o por lo menos levantados sobre las rodillas.*[...] Aquí está un cuadro verdaderamente sacudidor... para la manera como pensábamos antes. Grandísimas manadas de bestias enormes y bien alimentadas que no estaban específicamente diseñadas para el frío extremo estaban alimentándose plácidamente en pastos soleados*[...] De repente todas fueron muertas sin señal visible alguna de violencia y antes que pudieran siquiera tragarse un último bocado de alimento, y entonces fueron congeladas con tanta rapidez que cada célula de sus cuerpos está perfectamente conservada”8.
10 Esto encaja con lo que sucedió en el gran Diluvio. La Biblia lo describe de este modo: “Fueron rotos todos los manantiales de la vasta profundidad acuosa y las compuertas de los cielos fueron abiertas”. La precipitación acuosa ‘anegó abrumadoramente la tierra’, e indudablemente estuvo acompañada de vientos helados en las regiones polares (Génesis 1:6-8; 7:11,*19). En esos lugares el cambio de temperatura sería el más rápido y drástico. Así fueron anegadas y conservadas en el lodo helado diversas formas de vida. Puede que una de estas haya sido el mamut que fue descubierto por los excavadores en Siberia, y que se ve en la ilustración acompañante. Todavía tenía vegetación en la boca y el estómago, y su carne hasta podría haberse comido después de ser descongelada.
11 Mientras más cuidadosamente se examina la Biblia, más sorprendente es su notable exactitud. Como se ha señalado en las páginas*36 y*37 de este libro, la Biblia da las etapas de la creación en el mismo orden que la ciencia ahora confirma, un hecho difícil de explicar si la Biblia fuera sencillamente de origen humano. Este es otro ejemplo de los muchos detalles de la Biblia que han sido confirmados por el conocimiento que avanza. Con buena razón uno de los más grandes científicos de todo tiempo, Isaac Newton, dijo: “No hay ciencias mejor atestiguadas que la religión de la Biblia”9.
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