Pasa lo mismo que con el pecado del suicida. Creo que puede estar con Dios, porque no podemos negar su misericordia. No conocemos los caminos que habrá empleado Dios para salvarla, pero sí sabemos o creemos que tiene poder para salvarla.
Porque nos salvamos, no por nuestros méritos, sino por la sangre de Cristo.
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