Hoy no es un buen día.
Quizás porque te he visto, pero no te he encontrado.
Ése no eras tú.
El aspecto es el mismo, sí, pero han cambiado las maneras.
Ya no sonríes igual, aquella sonrisa grande que yo conocía, ahora se te queda enganchada a la hora de salir.
Tal vez sólo porque no sale, quizás porque ya no es mía.
Necesito salir de este sinsentido que me atrapa, porque no hay razón para quedarse aquí si ya no hay nadie.
Así que, hoy te he visto y te he dicho adiós.
Un adiós gigante que tú no has oído.
Lo escucharon todas mis células, pero tú no.
Porque voy a obligar a mis labios a no buscarte, a desprenderse de tu sabor. Voy a obligarme a no pensarte y cada que vez que tenga la intención, me quitaré a costumbre a gorrazos.
Y ya no hay retroceso, ya escribí tu nombre en la parte de atrás de mi cuaderno, evitando encontrarte, como siempre, en la primera página.
Soy mayorcita para pasar por esto, y sólo te permito un día de mi luto.
Besos;
Idem
Marcadores