No hay excusa al olvido
No hay excusa al olvido
Cuando la herida aún arde
Los sueños apagados se congelan
Entre los espacios de las neuronas
El cuerpo adormilado clamando
Una fuerza intensa que lo despierte
Las manos y los labios
Se quedaron como noticia de ayer
Olvidados y escondidos
Su falta de uso ha causado estragos
En lo que espera el corazón por recibir
No hay excusa al olvido
Cuando los temores sembrados germinan
En la inconciencia de la duda
Demostrada por el desamor
La tristeza y confusión eternas
Permeables a los tiempos actuales
Vulnerables a su inequidad expuesta
No hay excusa al olvido
Cuando el cuerpo tembló alguna vez
Permitiendo grabar en el alma
Sonidos, tactos y olores
Que para siempre se quedan
Archivados en la memoria letal
Donde el olvido no existe
Y nunca existirá.
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