Hace mucho rato que no escribo en estos foros, falta de tiempo, dejadez, etc, etc.
La razón principal que me trae de nuevo aquí es similar a la misma por la que ingresé por primera vez, tengo un problema, una perturbación en mi vida y nada como compartirla con gente que sin duda va a ser totalmente imparcial.
Para una visión general (y extensa de la situación) un listado de los sucesos en orden cronológico:
Hace ya más de un año que terminé con mi novio, sin opciones a reconciliación las razones de la ruptura, reconozco fueron propiciadas por mi, cosa que me atormenta y me hace sentir culpable.
Seis meses me tomó retomar mi vida, es decir: no llorar en los rincones, cero despecho y sintiéndome muy bien conmigo misma. No me involucre ni sexual ni sentimentalmente con nadie porque no me sentía con la capacidad de hacerlo.
Exactamente luego de los seis meses, mi ex novio me llamó para invitarme un café, a lo cual accedí, y comenzó de nuevo mi tormento, como toda mujer enamorada y con esperanzas tomé esto como el inicio de una nueva era, el momento de volver y no cometer los errores del pasado, a pesar de que para ese momento me sentía muy bien conmigo misma, en como se estaba desarrollando mi vida.
Empezamos a vernos como amigos, salíamos semanalmente, al cine, a cenar, es decir actividades que no comprometieran nuestra amistad. Yo por mi parte me desvivía en estar bella, impecable y perfecta cada vez que sabía que tenía una cita con él y al final siempre terminaba decepcionada, triste él me veía como una amiga, en definitiva nuestra confianza se retomaba, pero yo la verdad emocionalmente y con respecto a él cada día retrocedía diez pasos, por cada paso que había avanzado en mi recuperación de la ruptura.
Bueno así pasaron cuatro meses, hasta que un fin de semana en el que no coincidimos, conocí a “el hombre de la transición” un chico bien portado, más que guapo, inteligente, profesional, todo un bombón. Y decidí que era hora de cortar por lo sano, acepté salir con él a ver que sucedía.
Me fué relativamente bien, este nuevo personaje de la historia estaba muy interesado en mí, vivimos en ciudades distintas y poco distantes, así que las salidas se limitaban a los fines de semana. Sin embargo cometí un error, grave, los días de semana seguía saliendo al cine con mi ex, en un intento de mantener viva la esperanza, la oportunidad, que llegara el momento en que “el se diera cuenta de cuanto me quiere”, y el (mi ex) se encargó de sacar el tema de “nosotros “ a colación, haciendo hincapié en que yo le había hecho muchísimo daño y que aunque el ya me había “perdonado” y ya había “superado” solo le interesaba nuestra amistad. Yo en mi interior, seguía (y sigo) sin explicarme ¿Por qué demonios me invitaba a salir si no quería nada conmigo?, yo no gasto energías, tiempo y dinero en personas “que no me interesan” que va!!!!. ¿Acaso existe un ser tan puro y tan noble que invita a su ex-novia a salir solo para retomar la amistad en pleno período post-ruptura? Por que si existe necesito saberlo para sacar mi ******** y equivocada apreciación de que el no sabia lo que quería y por eso me mantuvo allí. Además sé (con certeza) que no ha salido por lo menos públicamente con nadie desde que rompimos.
Así que no le puse toda mi energía a mi nueva relación y terminé por dejar a un lado al “hombre de la transición”, por pensar en …. Mi ex. Esta relación se limitó a unas pocas salidas, no le di ninguna oportunidad de involucrarme con el en ningún aspecto.
Llegaron mis vacaciones del trabajo y decidí tomar un viaje de 17 días fuera del país, con el firme propósito de renovar mi vida, de tomar decisiones lejos de mi ambiente natural, de perdonarme por tonta, de perdonar el reconcomio con mi ex por haberme convertido en su “amiga”, en haberme olvidado, al haberme dejado a un lado, todo ese cúmulo de sentimientos los drené y los liberé en ese viaje. En cada ciudad que estuve y por cada situación “perdonada” le compré un detalle, que al regresar le entregué como símbolo de paz, me sentí reconfortada.
A mi regreso me sentía otra, capaz de tomar las riendas de mi vida, de dejar atrás el pasado, reconocer que todo había terminado definitivamente, de comenzar de nuevo.
Tuve una que otra recaída leve, instantes, en la época decembrina (desde 2004 habíamos pasado juntos estas fechas), la nostalgia y esas cosas normalmente nos trae esta época, pero ningún infortunado ataque altamente depresivo que pudiese lamentar.
Y así hice hasta este fin de semana, ya en mi estado de superación, dejando atrás todo ese año de amor, desamor, tragedia y dolor en el que decidí continuar con mi vida (por enésima vez), esta vez no pude hacerlo peor.
Este viernes que pasó nos fuimos a la disco (incluyendo al susodicho) cosa que me dio igual, ni frío ni calor, hasta que lo vi bailar con otra, con otraaaaaaa! Con oooooootraaaaa!. La sangre me empezó a hervir, me fui al baño, respiré profundo y disimulé mi molestia de las mil formas que conozco, salí del baño y me fui a bailar con el primer amigo que se me atravesó y el efecto rabia-depresión-histeria, se esfumó.
El sábado nuevamente salimos, esta vez a casa de un amigo, mientras compartíamos todos en armonía y felicidad plena, llegó “el”, el “catalizador de mis angustias y miedos no superados” ¿Por qué ah? ¿Por qué? … ¿Y que fue lo que hizo? ¿Ah? ¿Qué?, pues se instalo con oooooootraaaaa! Con ooooootraaaaa! A hablar toda la nocheeeeee! . Dios mío! Si yo ya superé a este tipo, los problemas y toda la obra de teatro ¿Por qué me sigo muriendo de los celos? Aaaaaah!!!!. Así que puse la torta con todo, guindas y velitas y me molesté sin disimular ni un poco, mi cara era todo un poema, así que tome las llaves de mi carro y me largué, sin despedirme, craso error, así con toda seguridad él y el universo se dieron cuenta de mi actitud.
Se qué estoy siendo bastante sarcástica sobre la situación, pero la verdad río para no llorar y escribo para desahogar, la verdad es que hablando muy en serio me preocupa, estar estancada en una situación como esta. Ayer amanecí muy deprimida, casi no pude dormir, y cada vez que despertaba recordaba el incidente del sábado en la noche.
Es probable que ni le guste la tipa en cuestión (cosa que ni siquiera debería importarme, ni afectarme) es su vida y esta en pleno derecho de vivirla como quiera. Lo que me preocupa es como afecta mi estado de ánimo y mi mente, mis pensamientos, es duro pensar que pueda querer a alguien más, que se pueda interesar en alguien que no sea yo, que pueda gustarle alguien más de lo que yo le gusté, me molesta el hecho de que el esté intentando hacer su vida, de salir, de conocer a otras personas, es algo que sé bien que ocurre, que debe ocurrir, pero nunca lo había visto en esa actitud, y me molestó tanto. No sé a ciencia cierta si el hecho es que yo estoy sola en este momento y me perturba más.
Me levanté en la mañana con la firme intención de averiguar, que había ocurrido en el lugar tras mi partida, me intriga saber si pasó algo con la susodicha, y me siento una persona enferma y desubicada de solo pensarlo.
Quiero olvidarme de el, de una vez y para siempre, pero la verdad no sé como empezar. No es la primera ruptura de una relación en mi vida, pero es la primera vez que he realmente he amado a alguien, es la primera vez que he querido compartir mi vida al lado de alguien.
Quisiera poder superar esto, he decidido ir a un psicólogo en vista de la situación. Estoy en mi trabajo y desde que llegué he estado escribiendo esto, no he podido concentrarme en toda la mañana.
Esta situación no es normal, y siento que se me escapa de las manos. Soy una persona muy determinada en cuanto a mis decisiones, pero con el no puedo, no sé que clase de poder tiene sobre mí, mi estado ánimo cuando él está cerca es intermitente (bien, mal, peor, bien, mal, peor, bis). Siento que ha pasado bastante tiempo para que ese efecto ya no ocurra.
Evitar los lugares a donde el ha sido una solución momentánea, un parche. No le envió correos electrónicos, no lo llamo por teléfono, no le escribo mensajes, no le escribo por el Messenger (aunque casi nunca me conecto), no le pregunto a los amigos en común si saben algo de el, he tratado por todos los medios de suprimir toda clase de intentos de acercarme, pero…. Cuando lo tengo cerca, me siento malhumorada, distante y perdida de mi norte, siento que la situación se ha hecho enfermiza, desagradable y que terminaré por detestarle, y no quiero eso.
He intentado por todos los medios, despegarme de todo que se relaciona con el, de desaparecer de mi vista y alcance fotos, recuerdo y afines, pero cuando por casualidad está cerca, me deprimo y de nada vale no ver las fotos, porque igual los recuerdos están en mi cabeza.
No quiero sentirme más así, ya no sé que más puedo hacer…..
Todo esto para decir: ¿alguna sugerencia?
¡Gracias de antemano!
Anya
Marcadores