Permítanme hacer una aclaración que va dirigida a nuevos participantes como Yawha o Francisco, quienes se muestran algo absortos en cuanto a mi postura en nuestro Foro de Teología. Ellos se preguntan si soy teísta, si creo o no creo en la Biblia, si soy o no soy trinitario, etc. Eso se lee entre líneas en algunas de sus intervenciones, y hasta ha sido expresado abiertamente.
He aquí mi explicación : yo prediqué el evangelio de Jesupablo, el cual aprendí en el seno del movimiento pentecostal = fundamentalista = dispensacionalista, y el cual es, al igual que la Biblia, trinitario, pues dicho movmiento cree en el Unico Dios Compuesto de Dt. 6:4 en el texto HEBREO, es decir, en el Padre, en el Hijo y en el Espíritu Santo, Mat. 28:19.
Lo cual quiere decir que aunque yo me deslindé del pentecostalismo hace 33 años, y lo he combatido en todo lo excesivo y arbitrario que lo caracteriza, y que aunque dejé de predicar enseñanzas que antes predicaba sin reflexionar bien en su verdadero contenido - lo cual le ocurre también a muchos cristopaulinos - yo sigo siendo BIBLISTA. En efecto, tengo para mí que la Biblia NO es propiedad exclusiva de ninguna religión, ni tan siquiera de Israel. Creo que la Biblia es un monumento cumbre, quizás el mayor, del patrimonio literario religioso mundial. Y es por esa razón que me siento muy orgulloso de haber aprendido a leer en español con una Biblia cuando tenía 4 años de edad. La leía en voz alta delante de mis padres. Naturalmente, también practicaba la lectura con libros escolares, pero como en casa la Biblia ocupaba una posición muy especial, por eso ella forma parte de mi vida, y yo siempre he tomado ese dato biográfico como un insigne honor y como un gran privilegio.
Era la versión de Reina-Valera, de 1909, pero en los '60 adoptamos rápidamente la edición revisada de esa década, pues nos molestaban ciertos pasajes cuyo vocabulario era anticuado, como el famoso "En el principio crió Dios los cielos y la tierra", en vez del más moderno y adecuado "creó", y tantos pasajes más ...
Quiero, pues, decir con esto, que yo sé valorar lo bueno y constructivo que contiene la Biblia. Nuestra cultura occidental y nuestros idiomas están tan y tan impregnados con un sinnúmero de alusiones bíblicas que es mejor conocer la Biblia que no conocerla, si queremos entender todas esas alusiones.
Por otro lado, la lectura y el estudio profundos e iterativos de la Biblia hicieron de mí un biblista ateo con respecto al Dios de la Biblia. Mi ateísmo es, pues, un ateísmo bíblico. Sé que esto puede sonar a oxímoron, pero así mismo es. Creo que el Dios de la Biblia existe innegablemente, pero en la Biblia, ya que es su personaje principal, de Génesis a Apocalipsis. Pero en nuestra realidad, ese Dios no existe en ninguna parte. Si existiera, ya lo habríamos constatado TODOS los terrícolas al unísono. Pero no es así. Unos dicen que existe, otros, que no. Y esa ausencia de consenso universal, repito, con respecto al Dios de la Biblia, es la mejor prueba de que no existe en nuestra realidad.
Y en cuanto a mi ministerio de la despredicación de tantas pamplinas que me metieron en la mente mis siempre y aún queridos dirigentes cristopaulinos, lo llevo tranquila y serenamente basándome en los textos bíblicos; no en "b"iblias A-DUL-TE-RA-DAS como la que la Watch Tower confeccionó para uso interno entre el 1950 y el 1960, y con el claro objetivo de que varias de sus doctrinas antibíblicas pudieren tener, por fin, un aparente respaldo "bíblico ...
Yo siempre he condenado y seguiré condenando públicamente el que cualquier organización religiosa, sea cual sea, TERGIVERSE pasajes de la Biblia para amoldarlos a sus propias tesis o creencias. ¡ Eso no se hace ! Hay que RESPETAR los escritos "originales" de la Biblia. Nadie está autorizado a manipularlos, ni a cambiarlos al "traducirlos" a nuestros idiomas modernos. Ese acto de vandalismo antipaleográfico es un signo indiscutible de deshonestidad y de poca vergüenza que debe ser denunciado incesantemente por nosotros, los que conocemos la Biblia en los textos "originales".
Para concluir : soy un biblista ateo, respetuoso del contenido físico y literal de los documentos escriturarios que han sido conservados hasta el presente. No me gusta que se modifiquen pasajes de la Biblia y que se le haga creer a gente incauta que la Biblia dice cosas que NO dice, ni que se BORRE de la misma lo que realmente dice. No es ni siquiera una cuestión de teísmo o de ateísmo; es cuestión de honradez intelectual y de ética para con los que compran Biblas o las reciben como regalo.
Espero, con esto, haberles aclarado mi postura a nuestros nuevos amigos foristas. Saludos.
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