¡Disculpa, corazòn!
Sè que, torpe te he mentido.
Derramè sin desearlo la miel sublime
que te habìa prometido.
Imaginè sueños de delirios insaciables,
entristecì tardes
para recurrir a tu desdicha;
para acompañar tu desconsuelo
y poder acurrucarme a tu presencia
de prisa.
¡Disculpa, corazòn!
sin razones, te he hecho rogar;
pedirle mil limosnas a los vientos;
llorarle a las rosas,
y esperar en algùn rincòn
por èse perdòn a mi castigo.
Supiste entenderme,
resignàndote a mi inmadurez;
pudiste superar mi indiferencia
cuando el amor vino a buscarte...
llamando a tu puerta.
He despotricado a tu merced,
sin cuidarte en consecuencia.
Te he visto tirado, sumiso, deshecho...
¡y tan callado!.
Te sentì frìo, cuan tirano,
cuando de lejos el peor invierno arreciaba.
Quisiste un dìa descansar a mi sombra,
¿recuerdas?, con tu mejor sonrisa.
Te viniste agazapado, sin esperanzas.
Y mi soledad era tan grande
que en un suspiro te alejaste...
y en blanca melancolìa
me decidì por rescatarte...
¡Disculpa corazòn!.
Discùlpame, por vez final.
¡Perdona corazòn!,
ya no tendràs que soportarme..
hoy mismo corazòn...
¡la vida por tu perdòn...me he quitado...!
Marcadores