otra canción de noche
Recorro en vuelo circular
el silencio de los fresnos
amaina tanto el viento,
que desaparece,
como si nunca hubiera existido,
tan solo la luz amarilla
de los pequeños limoneros,
se atreve y anima
cuando el sol fallece
en el rojo horizonte, casi negro.
Tu sombra,
como la muerte lúgubre
de esa noche que acaece
sin permiso, sin excusas,
me conquista y me derrota,
sin remedio, sin respuesta,
volviéndome la cobardía
del valiente que nunca intentó
batalla alguna,
después ya solo quedan
números que se cuentan,
palabras que se nombran,
porque tras tu nombre,
solo una puerta que se cierra.
Iniciado por Marea
Marcadores