Belle de jour. Buñuel despreciaba a la mujer de tanto admirarla. La mujer es algo tan bello que no puede ser perfecta; el amor a la mujer no puede ser ideal. La concepción de la mujer de la propia mujer es prueba de ello; su sensibilidad superior limita su ética porque ve más. La mujer es peligrosa para otra mujer, pero es, sobre todo, peligrosa para el hombre. Es extremadamente difícil que la mujer sea sinceramente buena amiga sino es de un hombre. La buena amistad entre un hombre y una mujer sólo es posible con intimidad, esto es, compartiendo sus cuerpos. Esto explicaría por qué toda buena amistad, que suele ser entre iguales (hombre y hombre o mujer y mujer), es una variación de la sexualidad, y así ha de ser interpretada, como "sexualidad entre iguales".
La semana pasada vi un programa dedicado a Berlanga y una misoginia que reconocía estar basada en la superioridad de la mujer. Buñuel era más complejo y retorcido que Berlanga porque para Buñuel la perversidad iba por lo bajo y profundo, y la de Berlanga era un erotismo sin maldad y, si acaso, donde el hombre era más tonto que malo. Berlanga desnuda con gusto a la mujer; Buñuel indaga en su superficie. A Berlanga le gusta la mujer desnuda; Buñuel hace semiótica de la sexualidad, y no muestra, apenas, interés en el desnudo. Como siempre ocurre con Buñuel lo importante no es evidente; hay que tener algo con qué verlo, el símbolo que lo representa.
La edición con la que cuento de Las 120 jornadas de Sodoma del Maqués de Sade pertenece a una colección erótica dirigida por Berlanga, pero vean dónde está la forma de Sade en La Edad de oro de Buñuel (en las jornadas que organiza Jesucristo y en las que se tira al cura por la ventana del campanario).
He observado que grandes directores recuperan en su edad adulta un interés reflexivo sobre el desnudo, como si con la edad pudiesen ver más en el desnudo. Como expliqué hace meses, el desnudo en el cine se satura con facilidad y permite ser desde ese momento reflexión con forma de eroticidad, pero sin contenido erórico. Vg. Eyes Wide Shut de Kubrick con Nicole Kidman o In the Cut de J. Campion con Meg Ryan).
¿Y qué decir de los desnudos de Lynch de I. Rossellini en Blue Vevet, Laura Dern en Wild at heart, Patricia Arquette en Lost Highway y Naomi Watts y Elena Harring en Mulholland Drv? ¿son desnudos que pongan un cuerpo al desnudo, o más bien su fondo?
Buñuel en la película Tristana hacía lo siguiente. El tío acompaña a la sobrina al dormitorio y permite que la cámara filme la intención que hay en el ambiente. Fernando Rey (el tío) sabe que estamos viendo sus intenciones, y lenta y cínicamente nos cierra la puerta; Buñuel alarga el plano de la puerta cerrada, ¡lo importante no se ve!.
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