jajajajajajaaaa... ¡Jorge, ese ejemplo está genial!
Eso me hizo recordar que había prometido traer unos ejemplos que tengo, pues aquí va uno de ellos:
Había un bello joven que solía visitar a tres hermanas, pero nunca había declarado su amor a ninguna en particular. Ellas decidieron, entonces, exigirle al muchacho una declaración formal. Al joven, ante tal exigencia, se le ocurrió declarar su amor por escrito, con una poesía que entregó a las señoritas. Pero la poesía no contenía signos de puntuación. Decía así:
Tres bellas que bellas son
me han exigido las tres
que diga de ellas cuál es
la que ama mi corazón.
Si obedecer es razón
diré que amo a Soledad
no a Julia cuya bondad
persona humana no tiene
no aspira mi amor a Irene
que no es poca su beldad
El joven encargó a las muchachas que pusieran la puntuación, pues ellas sabrían hacerlo. Ahora bien, cada una lo realizó para resultar beneficiada. ¿Se animan a poner la puntución tal como lo hicieron las tres hermanas?
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