Sin Explicación
No comprendo como te llegaste a colar en mi vida, no sé como te fuiste instalando en mi piel, pero lo hiciste con pleno derecho de ocupación.
Llegaste sin intención, te vi venir sin imaginar lo que en mi causarías: esa sensación de no saber que hacer si no estás, esa sensación que no hay sol si no haces acto de aparición, esa desazón de no saber que hacer con mis horas ni con mis días si no los comparto junto a ti.
¿Por qué viniste a mí? ¿Por qué me has demostrado tu dulzura? ¿Por qué me acariciaste con tu palabra blanda? ¿Por qué?
¿Por qué me abandoné en tus brazos? ¿Por qué dejo que derribes todas mis murallas? ¿Por qué me permití enamorarme de ti?
Y no encuentro explicación alguna a estas preguntas, al cuestionamiento de mi alma!
Sólo una voz, la de ese corazón que se renuncia a dejar de cantarte, me dice: Que te enamoraste de la silueta del que amas.
Y no debato con ella... sólo me rindo ante su evidencia.
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