A la Trinidad se le ha dado la siguiente definicion:
“En la unidad de la Divinidad hay Tres Personas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, y estas Tres Personas son verdaderamente distintas una de otra. Así, en las palabras del Credo de Atanasio: ‘el Padre es Dios, el Hijo es Dios, y el Espíritu Santo es Dios, y sin embargo no hay tres Dioses, sino un solo Dios’. [...] Las Personas son coeternas y coiguales: todas son igualmente increadas y omnipotentes”.
Algunos dicen que esta enseñanza se muestra en la Biblia, pero todos los lectores deben saber que eso realmente no es verdad, comenzado por el hecho de que la palabra "Trinidad" no aparece en la Biblia. Y la Escrituras ni siquiera sugieren tal concepto. A lo largo del post mostrare textos que demuestran estos hechos.
En primer lugar me referire a lo siguiente: Jesucristo fue bautizado a la edad de 30 años por inmersión en agua, segun lo indican las Escrituras. Cuando subió del agua, una voz del cielo dijo: “Este es mi Hijo, el amado, a quien he aprobado”. (Mateo 3:17.) Aquella fue la voz de Dios. En otra ocasión, orando a Dios, Jesús dijo: “Padre, glorifica tu nombre”. Y después que Jesús hubo dicho aquello, “vino una voz [la voz de Dios] del cielo: ‘Lo glorifiqué, y también lo glorificaré de nuevo’”. (Juan 12:28.) Dos textos que muestran que Dios y Su Hijo son seres distintos y separados, contrario a lo que dice la Trinidad.
Jesús nunca afirmó que era el Dios Todopoderoso mismo. Cualquier lectura imparcial de la Biblia sin ideas preconcebidas sobre la Trinidad confirmará eso. Por ejemplo, en Juan 3:16 Jesús dijo: “Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito”. Solo dos versículos después, de nuevo Jesús dijo que era el “Hijo unigénito de Dios”. (Juan 3:18.) Cuando los judíos acusaron a Jesús de blasfemar, él contestó: “¿Me dicen ustedes a mí, a quien el Padre santificó y despachó al mundo: ‘Blasfemas’, porque dije: Soy Hijo de Dios?”. (Juan 10:36.) Jesús no dijo que fuera ‘Dios el Hijo’, sino que era “Hijo de Dios”.
Cuando Jesús murió, hasta los soldados romanos que estaban cerca sabían que Jesús no era Dios: “El oficial del ejército y los que con él vigilaban a Jesús, al ver el terremoto y las cosas que sucedían, tuvieron muchísimo miedo, y dijeron: ‘Ciertamente este era Hijo de Dios’”. (Mateo 27:54.) No dijeron: ‘Este era Dios’, ni: ‘Este era Dios el Hijo’, porque Jesús y sus discípulos enseñaron que Jesús era el Hijo de Dios, no el Dios Todopoderoso en forma humana.
Dios mismo testificó que Jesús era su Hijo amado, como lo indicó el escritor bíblico Mateo en su descripción del bautismo de Jesús. (Mateo 3:17.) Otros escritores de la Biblia indicaron lo mismo. Marcos escribió: “De los cielos salió una voz: ‘Tú eres mi Hijo, el amado; yo te he aprobado’”. (Marcos 1:11.) Lucas dijo: “Salió una voz del cielo: ‘Tú eres mi Hijo, el amado; yo te he aprobado’”. (Lucas 3:22.) Y Juan el Bautizante, quien bautizó a Jesús, testificó: “He dado testimonio de que este [Jesús] es el Hijo de Dios”. (Juan 1:34.) Como vemos, Dios mismo, los cuatro evangelistas y Juan el Bautizante dicen claramente que Jesús era el Hijo de Dios. Y algún tiempo después, en la transfiguración de Jesús, sucedió algo similar: “De la nube salió una voz [la de Dios], y dijo: ‘Este es mi Hijo, el que ha sido escogido. Escúchenle’”. (Lucas 9:35.)
En estos relatos, ¿dijo Dios que él era su propio hijo, que se había enviado a sí mismo y que se aprobaba a sí mismo? No, Dios el Padre, el Creador, dijo que había enviado a su Hijo Jesús, un ser distinto, a efectuar la obra de Dios. Por eso, por todas las Escrituras Griegas la frase “Hijo de Dios” se usa para referirse a Jesús. Pero en ningún lugar vemos la frase ‘Dios el Hijo’, porque Jesús no era el Dios Todopoderoso. Era el Hijo de Dios. Ellos son dos seres diferentes, y ningún “misterio” teológico puede cambiar esa verdad.
Estos son solo unos ejemplos, de los muchos que hay, que sirven para demostrar este hecho fundamental: la Trinidad NO es una enseñanza bíblica. Si alguien afirma lo contrario, su opinion es totalmente contraria a lo que la Biblia realmente enseña sobre la identidad de Dios.
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