Encerrada, te pensaba,
Cuando un cuervo toco la ventana;
Y sus brillantes plumas me recordaron tu melena alborotada
(Y sus ojos flagelaban) tuve miedo;
Como cuando te fuiste ayer
Mientras clareaba la mañana,
Me miró fijamente, tal vez
Tres horas, tres días, tres minutos no se;
Te extraño, espero tu llegada,
Y ese cuervo aun espera en la ventana,
No quiero recordar que te vi partir,
Que te destroce como loca enamorada,
Aun veo mis manos cubiertas de escarlata
Y en los ojos de ese cuervo mi reflejo arde entre llamas;
Esta bien te digo, mientras juego con lo que queda de tus manos
Cercenadas, es hora de que partas cuervo,
Si no quieres terminar conmigo en llamas…
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