Para la más linda Libélula...
Por Armando Fuentes Aguirre
La libélula fue con el Señor y le pidió: —Dame otro nombre.
—¿Por qué? —le preguntó el Creador—. ¿Acaso no te gusta el que te di? Diminutivo esdrújulo es el tuyo. De las cinco vocales que hay, él tiene cuatro. Sus consonantes se deslíen en la boca al pronunciarlas, como una golosina... ¿Por qué no quieres llamarte así, libélula?.
Respondió ella: —Porque nadie usará ese nombre al referirse a mí. Todos me llamarán “caballito del diablo”.
—No dejes que eso te mortifique —se sonrió el Creador—. Aquí entre nos te diré que nada pertenece al diablo. Todo lo hice yo, por tanto todo es mío. Deja que los hombres te llamen “caballito del diablo”. Tú y yo sabemos que eres “caballito de Dios”.
Así dijo el Señor, y el caballito del... de Dios se fue contento.
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