Llevé cosas, y sueños del amante
en las tuyas dejé restos de amor,
cuantos días tan felices en semblante
los tuviste, ahora tristes de dolor.
No supiste del alma que sangrante
revelara reflejo en exterior,
te mostré mi sonrisa de infante
insensible observaste algún temblor.
Percibí tu sonrisa triunfante
que brotara en perverso desamor
y me fui como va el caminante.
Me cegó brillantez de aquel diamante
por colores mejores que la flor,
hay amores que duran un instante.
Bohemio
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