La cacica ANACAONA

**Emeric** · 07/11/2007, 16:38

Estoy leyendo la historia de la cacica Anacaona, quien fue ahorcada por los españoles en el 1504, pero no logro ubicar Jaragua, la ciudad, o pueblo, donde nació. Y como los españoles llamaron La Española a lo que ahora son dos países distintos : Haití, y República Dominicana, me gustaría que alguien me ayudara a averiguar si ella era "haitiana" o "dominicana".

Gracias por sus aportes.

**Emeric** · 07/11/2007, 22:43

De hecho, hay una canción de salsa, muy sabrosona, que habla de Anacaona ...

**Emeric** · 09/11/2007, 07:59

Les informo que encontré la respuesta : la provincia de Jaragua es en Haití, en la región donde se encuentra Port-au-Prince, la capital.

Ahora que existe Wikipedia, he aquí la biografía de Anacaona :

[url="http://es.wikipedia.org/wiki/Anacaona"]http://es.wikipedia.org/wiki/Anacaona[/url]

**Emeric** · 08/05/2011, 07:20

Iniciado por Emeric

De hecho, hay una canción de salsa, muy sabrosona, que habla de Anacaona ...

Perdonen la tardanza en traerles esa canción. Fue que se me olvidó.

Aquí la tenemos, hermosamente interpretada por Cheo Feliciano :

[URL]http://www.youtube.com/watch?v=bzDoKIM81Z8&feature=related[/URL]

**Polidoro Saravia** · 09/05/2011, 13:32

“Entonces Ovando mandó decir a Anacaona que iba hacia Jaragua para una visita amistosa.
El gobernador llegó con más de trescientos cincuenta hombres y fue recibido con fiestas y bailes en un caney. Cuando todos estaban reunidos en la fiesta, los españoles prendieron fuego al caney”.

Como en muchas otras historias de los nativos de América, la inocencia de su idiosincrasia, la confianza en la palabra dada, les jugo una mala pasada.
La gran mayoría de los pueblos aborígenes que habitaban todas las Américas tenían un fuerte respeto y confianza en la palabra, lo que se acordaba de hecho era algo sagrado e inviolable. Y fue esa virtud de los aborígenes la que los españoles vieron como una debilidad para engañarlos, emboscarlos y acecinarlos. Los indígenas Charruas que habitaban el Uruguay, que de inofensivos tenían poco, pues era un valiente y bravío pueblo guerrero, también gozaban de la virtud que es darle un gran valor a la palabra, y fue justamente la confianza en la palabra, la que le sirvió al gobierno Uruguayo (recientemente independizado) para emboscarlos y acecinarlos en lo que supuestamente iba a ser una reuníon pacifica.