La soltura de tus labios me hacen recordar
las caricias de mi infancia,
los gritos de felicidad ante un partido de fútbol
en la hora del recreo, en las salidas a los parques
o cuando ibamos a comer helados.
La soltura de tu sonrisa me recuerda los momentos tristes
de antaño cuando buscaba vagando en el puerto de la felicidad
y cuando ibamos de paseo a los rios o cuando sentiamos la lluvia
caer y saliamos a la calle alegres.
No sé ahora, con qué soltura desapareces,
sin dejar de prometerme que volverás de ese ocaso
en el que sin querer te sumergiste.
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