Cuando estés exhausto te tomaré
en mis brazos para que duermas
con la paz y tranquilidad de los
bebés que acaban de saciar su
hambre en los pechos de su madre.
Yo velaré tu sueño, cuidando de cada
uno de los movimientos de tu pecho
al respirar y grabando en mi memoria táctil
los contornos de tu rostro y cuerpo.
Y al final me quedaría dormida
con una sonrisa jugueteando en mis labios
con sólo saberte en mis brazos.
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