Medusa...
te vuelves piedra frente a mis ojos
y no es mi culpa;
o ¿es mi culpa?
Hay arañas en esos ojos,
y sus telarañas caen
hasta los labios
y la lengua se enreda
cuando quiere hablar
y no habla,
escupe insectos muertos,
escupe escombros,
absurdos escombros.
No hay inmortalidad,
es simplemente que no muere
la noche de mi alma,
no hay alegrías,
es sólo un poco de ausencia
de cataclismos.
Medusa...
¡y no es mi culpa!
o ¿es mi culpa?
Las serpientes viven,
reptan por las nubes
nocturnas
que llueven imágenes,
que llueven sonidos
inexistentes sonidos.
No hay socorros
es simplemente que escapo
de mi reflejo en el agua
y en la tierra,
no hay mañanas,
es sólo el paso del tiempo
por mis piernas.